Algunos afirman que no tienen sentido los privilegios históricos de Nafarroa y el País Vasco, pero lo afirman solo desde donde les molesta. Aun no siendo nacionalista, se puede reconocer que Nafarroa y Euskadi son puntos de referencia de enorme valor y que se debe opinar sobre ellos desde la postura del interés general exento de egoísmo propio. Apostar por la recentralización de diversas competencias por una cuestión de rencor carece de fundamento tanto como el propio sentimiento de rencor. Hay quien siendo vasco cree que se deben devolver ciertas competencias al Estado, pero huele que solo se refiera a unas pocas competencias y que no exponga un estudio pormenorizado de la motivación que le ha llevado a concluir en esa apuesta. Huele, y mucho, que un vasco apueste por recentralizaciones parciales y se deje en el cesto de la conveniencia asuntos como la Ley de sucesiones. Por lo visto, algunos están interesados en heredar gratis, algo que en Euskadi y Nafarroa es posible, pero no otras cosas que les molestan. Es legítimo que los políticos quieran aspirar al nivelón competencial vasco. Es como tener un hijo tonto: ¿no es mejor darle como referencia de aprendizaje la vida de un listo que la de otro tonto? Solo la Justicia debe y puede ser universal.
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