NUESTRA identidad se fundamenta en el euskera, como patrimonio cultural de nuestro pueblo, y en el ámbito político, En los derechos históricos, compendio de nuestra historia en el actual momento. En nuestro concepto de nación vasca, tenemos que tener en cuenta los factores históricos que han ido cambiando nuestra manera de ser y actuar : Nuestra territorialidad. El concepto de etnia. La religión. Los sistemas políticos. Ducado de Vasconia. Reino de Pamplona y posterior de Navarra. El fraccionamiento de los estados federales. La conquista de Navarra por Castilla. La invasión de Occitania por Francia. El desmantelamiento jurídico en Gascuña en 1789 y el de Alta Navarra en 1841, (la Ley paccionada), y en la Marítima en 1876. Las guerras de banderizos. La Gamazada, las carlistadas, el nacionalismo. La dictadura de Primo de Rivera, la República, la guerra del 36, Franco y su nacional catolicismo. La Transición. El Estatuto de Gernika?

La pérdida de intensidad Engracio de Aranzadi comentaba en uno de sus múltiples escritos que la pérdida de intensidad o conciencia vasca de nuestro pueblo, sintetizaba en forma certera el drama por que atravesaba, siglo tras siglo, donde lo foráneo va corrompiendo y desvirtuando su espíritu. En siglos de disipación arrancaron al País Vasco su personalidad. El mal venía de lejos, en el caso de Bizkaia en el siglo IX, que se afirma en los años 1200, 1332, 1379 y 1515, fechas estas en que los reyes de Castilla comenzaron a llamarse reyes o señores de Gipuzkoa, Araba, Bizkaia o Navarra tras jurar guardar y defender las leyes de los vascos. La pugna se estableció fatalmente y ese contacto con Castilla causó un daño profundo en la conciencia nacional.

La Ley Paccionada, aprobada el 16 de agosto de 1841, suprimía los derechos de Navarra, quedando reducida a una provincia igual que las españolas. Esto era el desenlace de diez siglos de desviación nacional vasca. Y los territorios de Laurak Bat no eran más que cuatro provincias españolas a las que el poder centralista concedía cierta autonomía administrativa, abriendo una separación entre la Navarra marítima y la alta que aún perdura.

Pi y Margall escribió en 1876: “Vencidos los vascos, se trata actualmente no de arrancarles los fueros, sino de quitarles la excepción militar y de los tributos”. Y si algunos historiadores proclamaron la originaria libertad e independencia de los vascos, era matizando que los estados vascos acabaron uniéndose a Castilla.

Sabino Arana, padre del nacionalismo, aclaraba que Gipuzkoa en el 1200 y Araba en 1322 nombraron como rey a Alfonso VIII y a Alfonso IX, respectivamente, y que cuando el rey castellano decretaba como tal no lo hacía para esos dos territorios pues su unión no era con el reino de Castilla.

Navarra fue conquistada por Castilla tras la falsificación de una bula papal y el sometimiento por medio de las armas conllevó la pérdida de las leyes, los reyes y las libertades. No se unió a esa nación, sino que Fernando era rey de Castilla, independientemente de Navarra.

Podríamos proseguir, pero lo cierto es que los acontecimientos políticos, religiosos, las guerras, han influido en nuestra identidad. Difícil recuperarla. No se trata dealdeanismos” o falsos folclorismos, sino de volver a nuestros valores, a los que dieron carácter a nuestro pueblo.