El pasado 24 de abril se publicaba en este diario una columna de Javier Vizcaino con el título Medir el sufrimiento. El tema trataba sobre el juicio al asesino de Ada Otuya y Jenny Rebollo. Siempre me han gustado sus escritos y sus comentarios, especialmente los radiofónicos como los del Cocidito madrileño, aunque en esta ocasión nada tengan que ver con el tema. Esta vez me ha llamado la atención lo que dice acerca del desarrollo del juicio del desgraciadamente famoso falso shaolín. Estoy de acuerdo en todo lo que describe, por ejemplo creo que es darle más importancia de la que realmente tiene la supuesta profesión de este sujeto, cuando no es más que el asesino del gimnasio, como el columnista lo afirma en el periódico. Por supuesto, no entiendo de leyes, ya que no es mi profesión; pero en mi modesto entender no me entra en la cabeza que existan crímenes, como este, sin ensañamiento, a pesar de las explicaciones técnicas que dio uno de los forenses intervinientes en el juicio y que causó el estupor y la desazón del periodista, al comprobar que hasta lo más íntimo es tasable. Entiendo, por ejemplo, que en una disputa, o discusión donde puede haber un forcejeo y no intervienen armas, accidentalmente se mate a una persona sin ser ese su propósito. Pero eso no es un crimen es un homicidio involuntario y en ese caso no existe el ensañamiento. En el asesinato el autor del mismo quiere matar y se ensaña con la víctima hasta conseguir su muerte. Considero inmedible el sufrimiento de la víctima, pues no se sabe hasta donde puede llegar el padecimiento, más entrando en coma y muriendo tres días después del ataque. Todo esto que he comentado es sobre la mujer nigeriana: Ada Otuya, pero por otra parte, queda la cuestión de la otra víctima: Jenny Rebollo y me pregunto: ¿No es ensañamiento descuartizar el cadáver de una víctima, tras asesinarla? ¿De no haber detenido al asesino antes de morir su segunda víctima, fallecida tres días después, no hubiera terminado actuando como en el caso anterior? La tecnología jurídica puede ser muy importante en la resolución de los juicios, pero por lo que veo también puede dar la sensación de injusticia a los que no llegamos a comprender ciertas interpretaciones legales.