HASTA Lenin ha decidido moverse. Su cuerpo embalsamado ha resuelto abandonar por un periodo el mausoleo de la Plaza Roja moscovita donde descansaba. Tanto tiempo de inmovilidad postrada hacía conveniente que el camarada Vladimir Ilich se ventilara un poco. Noventa años después de representar una reliquia para los bolcheviques, bien se merecía unos baños. Baños reparadores de glicerol y acetato de potasio para devolverle la elasticidad a su piel.
SIGUE LEYENDO LA NOTICIA EN: Presst.net