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El ejemplo del ‘suelo ético’ en Loiu

La quema de cinco autobuses es un hecho grave que merece la condena y el rechazo sin matices de todos los partidos, como han hecho los ediles de Loiu, incluidos los de Bildu

LA quema intencionada, la madrugada del pasado miércoles en Loiu, de cinco autobuses pertenecientes a la empresa de transportes Autobuses Lujua es un hecho grave que merece, como otros actos violentos que pretenden tener motivación política, la condena unánime y el rechazo sin matices de todas las formaciones políticas. Es un hecho especialmente grave en sí mismo por varios motivos: porque supone la utilización de métodos violentos en una reivindicación política, lo que es rechazable desde el punto de vista ético y democrático; porque menoscaba los supuestos objetivos que propugnaba el ataque -la exigencia de libertad para los presos enfermos, compartida por una amplia mayoría social en Euskadi-; porque supone una amenaza intolerable -“no nos quedaremos mirando al cielo mientras matan a la gente más generosa de nuestro pueblo”, advierte el comunicado reivindicativo-; porque produce un perjuicio objetivo a la empresa -un millón de euros de daños-, a los trabajadores y a la ciudadanía; y porque, en definitiva, pretende alterar la convivencia mediante métodos que se creían olvidados. La trascendencia del hecho viene acrecentada por la situación de relativa calma que se viene viviendo en Euskadi desde que ETA declarase el abandono de la violencia, rota en casos puntuales y salpicada de incidentes más o menos graves. Es más, el largo calendario festivo en Euskadi, que hace unos años se veía empañado por actos violentos, está siendo el más tranquilo en ese sentido desde hace tiempo. De ahí que la exigencia de una condena de estos actos violentos se haga necesaria en todas las formaciones políticas. No basta, como hace Sortu, con lamentar, rechazar, situar “fuera de su estrategia” y lanzar responsabilidades a otros ante unos hechos que, por su naturaleza y su reivindicación, apelan directamente a la izquierda abertzale. El mejor ejemplo sobre cómo actuar ante esta situación ha sido la del propio Ayuntamiento de Loiu, que ha aunado a formaciones como EH Bildu y el PP, además del PNV, para aprobar una moción de “repulsa y condena más contundentes” por el ataque. Sin medias tintas, sin florituras en el lenguaje, sin miedos pasados, el compromiso de estos concejales con sus ciudadanos y con su país ha dado la clave y ha puesto en práctica el suelo ético con el que abordar la paz y la convivencia, ejemplo que debería ser seguido por todos.