Tomando como referencia la frase de Cañete “yo me peleo con mis hijos porque abro la nevera y me como un yogur con una fecha de cinco días más tarde y no me sienta mal”, pretendo significar que aquí no caduca todo y encima subsiste a base de campañas de publicidad y propaganda. No hay más que acercarse a los supermercados para ver a los reponedores retirar gran cantidad de productos caducados. Yogures, envases de carne, pescado, cartones de leche e incluso latas y latas de diferentes productos. La gente no compra, la gente no dispone de economía suficiente para desabastecer las estanterías de los almacenes de comida y otros productos. Otro tanto pasa en los almacenes y tiendas de ropa, con una nueva temporada y después de unas rebajas suculentas, dueños y dependientas se afanan por retirar de escaparates y colgadores aquello que está pasado de moda y no ha sido vendido con tan ridículos descuentos. Donde no hay rebajas, ni descuentos y poco género se retira o caduca es en farmacias, que suelen estar llenas como antes lo estaban los supermercados. La gente acude a solucionar su problema digestivo, de angustia, tranquilizantes para sobrellevar esta carga que nos han impuesto los poderosos. Algunos también se acercan a los dispensadores de cupones, décimos y otras jarandajas para ver si en un dos por tres les cambia la vida. Hasta el rey de España y Rubalcaba, líder de la oposición, han caducado. El problema que se cierne sobre España es que estas últimas caducidades tienen repuesto rápido y seguro: retiran el producto y surge el nuevo esplendoroso, sin mácula y con diferentes sabores y estilos. Quienes no caducan son los reponedores u operadores de los productos sociales e institucionales caducados . Eso sí, a ellos no les caduca nadie. Quedan en las estanterías defendiendo su producto, su forma de hacer, sus prebendas. Esperemos que llegue el día, más pronto que tarde, y que nuevos reponedores retiren los productos caducados, inservibles, de instituciones oficiales y los reciclen o jubilen para que no envenenen ni contagien a la gente con sus toxinas, sustancias venenosas para humanos.
