EN un momento económico delicado como el actual, en el que la preocupación de los ciudadanos vascos por la situación económica y el desempleo se muestra con fuerza en todo tipo de estudios y encuestas, la identificación de la Semana Santa vasca como un motor que impulse las actividades económicas relacionadas con el Turismo adquiere especial relevancia. Se trata, sin duda, de un indicador elocuente del profundo cambio que la sociedad vasca ha experimentado en las últimas décadas; cambio que se refleja tanto en la transformación de la estructura productiva de la economía vasca como en la modificación de los hábitos sociales de nuestra comunidad. Los últimos datos económicos conocidos otorgan al Turismo un peso del 5,6% en el PIB vasco, una cifra impensable hace tan solo veinte años, cuando se empezó a hablar, por primera vez en Euskadi, del Turismo como un posible nicho competitivo de la economía vasca, o cuando se dieron los primeros pasos para la creación de una infraestructura que ha resultado fundamental para el desarrollo de esta nueva actividad, como ha sido el Guggenheim Bilbao por su efecto tractor positivo en todo el territorio vasco. Es lógico, por tanto, que los representantes de una sociedad preocupada por su futuro económico y social, den un nuevo impulso a esta actividad y se pongan como objetivo, mediante una adecuada estrategia y la colaboración orquestada de los agentes públicos y privados, incrementar su aportación a nuestro PIB y al desarrollo competitivo de la economía vasca. Los esfuerzos coordinados que se han podido observar de cara a la Semana Santa de 2014 en nuestras capitales, especialmente en Bilbao, con la organización de un amplio catálogo de actividades y propuestas pensadas expresamente con el objetivo de satisfacer las necesidades de ocio de quienes nos visitan estos días, hablan de una estrategia bien definida que ha establecido el objetivo de convertir a Euskadi en un destino turístico y de transformar en recursos turísticos las diferentes actividades y posibilidades que existen en nuestro territorio. Esperemos que el balance que habrá que realizar pasados estos días, muestre las fortalezas de esta opción y desmienta las agoreras previsiones de quienes parecen empeñados en condicionar la realidad.