Los mensajes de "no violencia contra las mujeres", que parecen conducentes a evitar el maltrato, nuestro subconsciente los entiende como "violencia contra las mujeres". El no no lo registra. Por ello, hay que aprender a expresar las demandas en positivo. Un ejemplo: en vez de centrarse en mensajes negativos -"El machismo mata"-, estaría mucho mejor expresarlo en positivo y hablar del entendimiento entre diferentes, de respeto, de trabajar para la mejora de las relaciones conflictivas, desde la raíz de las mismas. El feminismo actual, violentamente en algunos casos (caso de Femen), da pie, más que a la no violencia, como se anuncia, al enfrentamiento. Favorece más la guerra de sexos que el entendimiento. Su lucha es entendida más como una batalla contra que como un proceso de afirmación, reivindicación de lo femenino y demanda de equilibrio. Parece conformarse con la equiparación simple de la mujer al mundo actual. Agresivo, masculino. Siendo partidario de la igualdad de derechos de ambos sexos (¿cómo no?), de la libertad de la mujer para decidir en lo que atiende a su cuerpo, a su salud (¿cómo no?), me parece que el feminismo -subvencionado por el Estado, por cierto- ha elegido el camino de la confrontación. La cual beneficia, aunque no sean conscientes muchas mujeres que siguen las consignas feministas, al Sistema. Y no a la solución de la violencia machista, como pretende, sino a su incremento -las cifras cantan-, a una mayor división. Incrementan la inconsciencia colectiva sobre el problema raíz y ayudan a mantener la explotación por parte del poder.

Gerardo Hernández. getxo