Euskadi innovadora
La apuesta por la I+D+i, clave para el crecimiento y bienestar de un país, empieza a dar resultados constatables y es reconocida por Europa, que ya considera a la CAV y Nafarroa como regiones "innovadoras notables"
LA innovación es uno de los aspectos estratégicos clave en el desarrollo económico, social y cultural de cualquier país que pretenda alcanzar los máximos niveles de crecimiento y bienestar posibles para sus ciudadanos. La apuesta por implementar políticas de I+D+i y acertar en los nichos adecuados para llevarla a cabo es, en este sentido, la diferencia entre el éxito y el fracaso, entre el acceso a la creación de riqueza socialmente distribuible o la condena a estar en el furgón de cola y resignarse a, como mucho, ser meros productores auxiliares de los países realmente innovadores. Euskadi lleva años inmerso en una decidida apuesta por convertirse en un referente de la innovación en Europa. Y los frutos comienzan poco a poco a notarse en diferentes ámbitos, así como el rendimiento económico que puede extraerse del reto emprendido. Los datos empiezan a encajar. Los resultados del último índice de medición de la innovación de la Comisión Europea realizado en 190 regiones europeas -el Regional Innovation Scoreboard 2014- es más que esperanzador: tanto la CAV como Nafarroa se encuentran en el grupo calificado como "innovadores notables". Esto significa que los indicadores que miden las políticas de I+D+i -inversión realizada, condiciones, resultados, etc.- están bien por encima o bien al nivel de la media europea en innovación. Conviene resaltar que tanto la CAV como Nafarroa están en la vanguardia en la materia en el Estado español, que está clasificado como "innovador moderado", aunque es evidente que el referente para Euskadi no puede ni debe ser España, sino los países más avanzados de Europa. Ése es el espejo en el que debemos mirarnos y aunque las diferencias se han reducido de forma notable en los últimos años el reto es que nuestro país se coloque en cabeza de la innovación en el continente. Euskadi cuenta con los elementos necesarios para hacerlo. Recientemente, la Fundación vasca para la Ciencia Ikerbasque confirmaba que el rendimiento, contante y sonante, de la apuesta por la investigación no es una teoría: por cada euro invertido se ha obtenido un retorno directo de dos euros. El camino está trazado y el vehículo de la I+D+i vasca está en marcha. Dotarle de mayor seguridad como apuesta a largo plazo y de velocidad y atraer a la inversión privada son los grandes retos -cruciales- para los próximos años.