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La mejor afición

Según un ranking publicado por una revista de deporte francesa, somos la séptima mejor afición del mundo, superados por clubes como Dortmund, Boca o hasta un equipo marroquí. Pero, ¿cuáles son los criterios de clasificación?

La mejor afición del mundo tiene que ser una afición extremamente fiel. Pero no en los momentos de disputar finales de Champions o ganar campeonatos de Liga, sino en los momentos críticos. Cuando estás con la soga al cuello, cuando te necesitan. Es entonces cuando el campo debe de estar a rebosar. No cuando el viento sopla a favor, o simplemente se gana todo. Tiene que ser una afición humilde, de un equipo humilde. Un equipo que su atractivo no resida únicamente en los éxitos deportivos y en el número de títulos ganados, sino un equipo que tenga algo especial, algo único, que trascienda de los éxitos a corto plazo.

Una afición civilizada, amable y sobre todo, familiar. No valen las aficiones salvajes, que siempre crean bronca y que lleguen a coaccionar hasta físicamente a las aficiones rivales. Tiene que ser una afición de familias, tranquila, que solo busca animar a su equipo y pasarlo bien. Comportamiento ejemplar. Y claro, respetuosa con el rival. Aplaudiendo al rival digno. Eso la hace grande.

Como se ve, esta definición coincide con una afición que ostenta el récord de desplazamiento a campo rival en competición europea (8.000 aficionados). Una afición que llena su campo, su catedral, cuando el equipo pide auxilio. Una afición, orgullosa de sus tradiciones y que afronta el reto de competir en inferioridad, por defender unos valores, aunque los tiempos no sean propicios. Y aun así, triunfa.

Una afición, diferente. ¿Cuál? La afición de San Mamés. La afición? del Athletic.

Aitor Ander Salinas-Armendariz

Socio del Athletic