Los presupuestos de la estadística
El diseño de los Presupuestos Generales del Estado, que ya se tramitan en el Congreso, vuelve a reproducir una estructura de equilibrio fiscal que responde a un objetivo estadístico cuya aplicación a la economía real es inocua
CON el debate de las enmiendas a la totalidad se ha iniciado en el Congreso el proceso de tramitación efectiva de los Presupuestos Generales del Estado para 2014. Es un empeño baldío en tanto que no hay ninguna posibilidad de forzar la devolución de las cuentas del Gobierno de Mariano Rajoy. Pero, siendo la existencia de la mayoría absoluta que sustenta al Ejecutivo popular un impedimento para la revisión de las cuentas, el mayor problema de las mismas es que reiteran la conocida filosofía presupuestaria de equilibrio fiscal neutro. Esto es: el diseño de los presupuestos se limita a realizar un balance de ingresos y gastos sin la menor voluntad de soportar una estrategia real de crecimiento económico. Las cuentas que diseña el equipo de Cristóbal Montoro se basan en reproducir partidas heredadas del diseño original de hace dos años, cuando se limitaron a ajustar ingresos y gastos en un momento de deterioro intenso de los primeros y consecuente recorte de los segundos. A partir de ahí, todo el mapa presupuestario se orienta a la reducción del déficit público a costa de limitar servicios y prestaciones dentro de los límites de un ajuste impuesto por la estrategia prioritaria de reducir la presión de los mercados de deuda sobre la prima de riesgo española. Para ello, se han sucedido en los doce últimos meses iniciativas de contención del gasto, desregulación del mercado laboral y reducción de los costes salariales. En el capítulo de ingresos, el aumento de la imposición indirecta -IVA e impuestos especiales, etc.- es una apuesta por el modelo menos solidario y progresivo, pues los impuestos al consumo no entienden de niveles de rentas y, en consecuencia, han consolidado una reducción de la demanda interna que el conjunto del sector comercial e industrial español está acusando. Vuelven a faltar en el proyecto de Presupuestos de 2014 apuestas claras por la reactivación económica, incentivos suficientes a la transformación de un tejido industrial obsoleto y de una carencia de prestaciones de valor añadido con las que competir en condiciones de éxito en los mercados internacionales. El modelo de reducción de costes laborales sin apuesta por la tecnología y la formación sirve para crear una ficción estadística pero no para que el PIB crezca con fundamentos sólidos.