En los análisis tras la victoria electoral de Angela Merkel parece que hay una premisa que se ha pasado por alto. Lo explicaba el vicepresidente de Eurobask, Igor Filibi, en Onda Vasca: las elecciones eran alemanas y las europeas son el año que viene. Es como si tuviéramos tan asumido que las decisiones que toma Berlín marcan el paso de la UE que nos hemos creído con derecho a elegir qué es lo mejor para Alemania desde nuestro propio interés periférico. Y, claro, la cuenta no sale.