LA rápida detención, imputación y acusación pública por homicidios imprudentes del maquinista del tren siniestrado el martes en las inmediaciones de Santiago, realizadas además por los máximos responsables policiales e incluso por el propio ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, sin que haya aún una intervención judicial, invitan a prever cuál será el resultado final de la investigación por el mayor accidente ferroviario en 40 años en el Estado español y uno de los más graves en Europa. Si, efectivamente, todo apunta a que el Alvia iba demasiado rápido en esa curva tan "difícil" en la que descarriló, también está quedando claro que hay interés en que los acontecimientos se precipiten a gran velocidad en busca de un culpable. Una clave de esta inusual prisa por cargar responsabilidades la dio ayer el presidente de la Xunta de Galiza, Alberto Núñez Feijóo, quien pese a asegurar que "investigar es lo contrario de precipitarse", a renglón seguido manifestó que hay "intereses económicos" en juego, en referencia a los concursos internacionales para la construcción de líneas de alta velocidad en los que participa España. Aunque Feijóo pretendía apuntar con sus palabras contra los intereses de otros países competidores por desprestigiar la línea de alta velocidad española, no cabe duda de que el argumento puede volverse en su contra: el Estado tiene también importantes intereses económicos en culpar a un "error humano" -sobre todo si, como en este caso, tiene nombre y apellidos en la figura del maquinista- para salvar así sus sistemas de seguridad, calificados, por cierto y con evidente intención, por el presidente gallego como "de los mejores del mundo". No sorprende que la investigación del terrible accidente apunte hacia el error humano y la responsabilidad del maquinista, aunque aún habrá mucho que averiguar y determinar sobre la instalación de los sistemas de seguridad adecuados, su funcionamiento y su utilidad real. Lo que sí llama la atención es que los "indicios" contra el conductor del Alvia de los que habla el ministro se hayan divulgado también con suma rapidez, casi on line, desde sus conversaciones tras el siniestro hasta el vídeo del descarrilamiento -ambos clave en la investigación, junto a la caja negra- generando un clima social determinado. Es de esperar que la investigación judicial tenga mucho mayor recorrido.
- Multimedia
- Servicios
- Participación
