Ruptura
El PP del País Vasco está sufriendo una transformación un tanto atípica y tremendamente llamativa. Asume que los cambios que han de llevar a cabo pasan por construir una Euskadi con Bildu. Una coalición, que no hace muchas fechas en plena campaña electoral, la señalaba como instrumento político de ETA. Una deducción bastante acertada si nos atenemos a la trayectoria de muchos de sus miembros. Así como su negativa a condenar los asesinatos de Gregorio Ordóñez o Miguel Ángel Blanco, que la banda llevó cabo. Dos personas militantes del PP.
Los tiempos sufren cambios obligando a una recomposición de tareas. Deben reorientar y adaptar sus estrategias a las necesidades de los ciudadanos. Además de encajarlas, sin fricciones, en su ideario. Lo que nunca deberían cambiar es su ideología. La filosofía y los valores que cada formación política defienden. El PP, en el País Vasco, se encuentra en una etapa muy difícil de asumir por muchos afiliados y simpatizantes. Consiste en apartar los valores que hasta ahora llevaba por bandera. Lo que indica que va a llevar a cabo una ruptura con el pasado. Va a borrar de su memoria el dolor de muchas familias que no solo defendieron el estado de libertad. Defendieron las siglas del PP y con ellas todos los valores que hoy están a punto ser enterrados. El entierro lo van ha llevar a cabo las mismas personas que se habían comprometido en continuar defendiendo lo que las víctimas de ETA defendían. La libertad.
El cambio-ruptura que los dirigentes del PP vasco van a realizar lo van a llevar a cabo a espaldas de sus seguidores. No se tiene noticia de un congreso abierto para conocer la opinión de sus bases, que en todo caso avalarían o no el cambio. Por lo tanto refleja una falta total de democracia interna. Esa democracia que la sociedad exige de las formaciones políticas para que el estado democrático complete el grado de transparencia que debe de tener.
Además de carecer de esa democracia los dirigentes del PP vasco renuncian a una parte importante de sus principios, de malos modos. Criticando a una persona que aún puede presumir que le queda dignidad ante a las víctimas del terrorismo y ante toda la sociedad. Jaime Mayor Oreja. Unos pueden estar más o menos de acuerdo con su trayectoria política, pero jamás se le podrán acusar de abandonar su compromiso. El compromiso de que las víctimas del terrorismo tengan el lugar que les pertenece en la historia de este país.