lOS ladrones somos gente honrada es una obra de teatro escrita por Jardiel Poncela allá por los años catapunchinchín, que narra las peripecias de un robo de guante blanco en una villa burguesa de la España de mediados del siglo XX y en la que todos los manguis acaban en la trena. La trama, curiosamente, coincide con la historia de los Rato: Ramón Rato (padre de Rodrigo) y Ramón Rato Figaredo (hermano del interfecto Rodrigo). Ambos acabaron en la cárcel en los años 60 del pasado siglo por delito monetario (quebraron dos bancos). El exdirector del FMI, exministro de Economía, etc., el Rodrigo Rato ese, imputado por la Audiencia Nacional por su actuación en Bankia (se investigan delitos de estafa, falsificación de cuentas, administración desleal, apropiación indebida, etc.) no solamente continúa vivito y coleando, sino que ha sido fichado por Telefónica para los consejos asesores de Latinoamérica y Telefónica Europe. ¡El mundo al revés! ¡Manda caralho! El Rato, el ratero este, tras haberse forrado con sus raterías harto conocidas en la piel de toro, ha recibido premio. ¡Y premio gordo! Le ponen el queso al ratón a la altura de la boca. Lo mandan a Latinoamérica a que arregle las cosas de allá? O, seguramente, a esfumarse sí, sí, y si te he visto no me acuerdo. En fin, la España cañí seguirá siéndolo por los siglos de los siglos y, aunque esté hundida en la puñetera miseria, ellos, los Rato y compañía, seguirán por ahí de jajai en cualquier lugar del mundo. Como decía Groucho Marx: "Hijo mío, la felicidad está hecha de pequeñas cosas: un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna?" Este es el país de los listillos, de los Rato, rateros de los que saben un rato de los bajos fondos? Aquí no cabe la gente humilde y honrada. El talego es para otros. Así será. ¡Grrrrrrr! ¡Es que?.! como decía el genial Tip (Sánchez Polack), "no sé si cortarme las venas o dejármelas largas". ¡Joderrrr!
