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El irrintzi de Aitor

y el irrintzi esparció sus ecos por los profundos valles de Navarra mientras en los montes bocineros de Bizkaia sonaba el pesado ulular de los cuernos llamando a las tribus a batzarre...". El irrintzi, el ancestral modo de comunicación de los vascos que no pudo ser descifrado ni siquiera por las tribus indias del Lejano Oeste americano, sigue vivo. La ikastola Aranzadi de Bergara organizó recientemente un concurso de irrintzis y no precisamente para comunicarse entre ellos y ellas a pulmón abierto, no. Fue un certamen a la vieja usanza, convocado con todas las de la ley. Las andereños de Primaria encargadas de promover el certamen colgaron el aviso con la invitación correspondiente a participar. En este tipo de actividades no es mucho el alumnado que se anima a participar por aquello de las reticencias y las risas, pero en este caso los valientes fueron numerosos. Ni más ni menos que 27 aspirantes a irrintzilari de la tribu. Realizada la prueba, el claro vencedor fue Aitor, un chaval bergarés, de once años y procedencia china. Un jovencito conocido por su afán de relacionarse con sus coleguillas de alrededor, de implicación (como sus hermanas) en cuantos eventos se organizan en el pueblo. Aitor fue actor en el musical Olentzero&Co. y dentro de unos días actuará en Peter Pan. Su irrin-tzi fue el mejor, el más claro, largo y vivo para el jurado. "¡Hamaikaikustekojaioginen!", "¡onse para ver nasimos!", que diría mi abuela. No se trata del mundo al revés. Hoy los chavales y chavalas juegan juntos, se comunican? Se trata, simplemente, de un ejemplo de integración. El alumnado de hoy es heterogéneo como la propia sociedad, se involucra en los proyectos escolares, como ocurre con Aitor, y se superan todas las dificultades, incluso las propias del aprendizaje de nuevas lenguas para ellos desconocidas. El irrintzi de Aitor removió algo más que las paredes de la ikastola.