Paso casi todas las medianoches escuchando a Intereconomía y Canal 13 Tv, para estar al tanto de ¿dónde les duele a los españoles? Hay que tener aguante para escuchar todas las babosadas de los furibundos tertulianos, que casi siempre son de una misma cordada, lo que estimula mi nacionalismo vasco. Entre ellos siempre hay quienes chupan de la política y hacen carrera más bien mirando a Madrid, que presumen de vascos: la Edurne Uriarte, un concejal del PP en Elorrio y otros más entre los que destaca Santiago Abascal, exdiputado del PP y hoy presidente de Denaes. Este fenómeno es de los que se vanaglorian de poner por tercera vez la bandera española en el Gorbea, donde lo hacen con nocturnidad y alevosía sabiendo que están arropados por las fuerzas de seguridad del Estado y se ufanan de su hazaña siempre con miras a Madrid. Héroes allí de tres charlotadas pero muy simbólicas para nuestro pueblo, que a poco que uno piense un poquito se da cuenta de su idiotez y se preguntará, ¿por qué no lo ponen en el Gurugú en Melilla, una de cuyas faldas hoy es España, frente a Marruecos? Otra, ¿por qué no lo ponen en Gibraltar?, donde saben que hoy por hoy y yo diría que para siempre, España no tiene nada que hacer, pues Europa no lo permitirá por voluntad de los llanitos.

No queremos que nos digan ¿qué, cómo y cuándo debemos hacer las cosas?; que si Artur Mas se ha metido en un lío; que falseamos la historia, cuando son ellos los que llevan dos mil años manipulando a su antojo; que a vascos y catalanes no nos estrujan económicamente; los cazas y militares españoles no hacen maniobras especiales para meter miedo; que si los empresarios vascos y catalanes están en contra de la secesión; qué es un dilema imposible y la solución al problema actual es remar juntos; que debemos aprobar los presupuestos que sabemos son de terror y de genocidio económico, que además nos convienen, claro que como somos tontos, peor para nosotros; etc. ¿Hay alguien que se crea tan tonto?

Queremos ser nosotros mismos, orgullosos de nuestras diferencias. Como dijo Arturo Campión en el Congreso español, en su día: "Aquí estamos… para resistir… defendiendo mi territorio, mi casa, mi hogar, mis costumbres, mi idioma, mis creencias, contra la bárbara ambición de celtas, romanos, francos, árabes…"Y yo añado: contra los españoles de hoy en día, por mi patria, Euzkadi.