Resulta que en Euskadi vivimos muchos vascos... del PNV, de Batasuna, de Bildu, del PSOE, del PP, de Amaiur... Damos por hecho que el próximo gobierno va a ser abertzale, que significa, apolíticamente hablando, a pesar de lo que digan algunos, "amantes del país en el que comes, respiras, trabajas si puedes, duermes, te diviertes, disfrutas, amantes del país que te quiere y que quieres".

Pues bien, mi dinero, ese que yo me lo he ganado y no me sobra, lo ofrezco desienterasadamente al próximo gobierno del PNV. Porque hete aquí que no hay nada más grande que mi familia, que mi tierra, que mi país. Y mi país se llama Euskadi, la tierra de mis abuelos, padres, tíos, hermanos, sobrinos y demás familia.

No, señores y señoras, esto no es una esquela sino una declaración de intenciones: propongo a todos los que amamos Euskadi que si gana las elecciones el PNV, único con verdadera ideología mediadora, integradora, empresarial, racional y respetuosa -aunque en Araba y en Gasteiz no se tengan muestras- colaboremos desde idéntica vocación de país, de amor a la tierra, por el bien de todos.

Yo, que no voy a votar, porque en Gasteiz el PNV me parece de una ineptitud total, ofrezco a Urkullu mi apoyo y mi voluntad de contribuir con mi dinero, gratis, sin ningún ánimo de recibir intereses a cambio, por el bien, por el progreso, por la unidad, por la cultura, por la educación de ley y por el desarrollo de este pueblo vasco.

Yo, que soy pueblo vasco, PNV, le ofrezco mi dinero sin intereses, solo con la necesidad de que me lo reintegren -a mí o a aquel en quien yo delegue- en el menor plazo posible -cuatro años máximo-, sin intereses por el préstamo que les concedo, para que saquen este país adelante, para que no dejen ustedes que nunca muera nadie de hambre y logren, nuevamente, que este País Vasco sea orgullo y envidia sana no solo de esta nación, sino de España, de Europa, y a nivel internacional.