HE recibido en el buzón de mi casa el folleto del lehendakari Patxi López cantando las alabanzas de su gobierno, ahora que se encuentra en fase de liquidación y venta. Esto es, liquidando sus últimos recursos económicos en una campaña electoral desenfrenada y tratando de vender lo invendible, las pretendidas bondades de su desgobierno.
Doy por hecho que el folletín ha llegado a todos los hogares vascos como parte del fulgurante despliegue, publicitario y mediático, en el que se ha embarcado con su partido y su gobierno desde que abrió la campaña electoral el pasado 2 de abril.
Me ha llamado la atención que bajo el encabezamiento "¿Sabías que...?" este folleto nos informe al detalle sobre lo accesorio y sin embargo omita lo sustancial. Se presenta la evolución de datos sobre el número de turistas o las exportaciones y sin embargo pasa por alto los indicadores básicos de la economía como son el crecimiento, el empleo y la gestión presupuestaria. Dado que el folleto publicitario de Patxi López olvida esta información básica para los ciudadanos, dedico este artículo a desvelar lo que el lehendakari oculta.
López gasta lo que no tiene
Con el gobierno de Patxi López, Euskadi ha abandonado la disciplina presupuestaria. En plena crisis económica aprobó los presupuestos para el año 2010 con una previsión de déficit cercana a los 1.000 millones de euros. Fue su primer presupuesto, no aceptó ninguna de las enmiendas presentadas, ni quiso atender las recomendaciones para presentar unas cuentas equilibradas en momentos de crisis. Empezó mal el año y lo acabó peor, porque fue incrementando el gasto a lo largo de ejercicio cerrándolo definitivamente con un déficit de 1.600 millones. Todo ello, hay que recordarlo, con el beneplácito y el apoyo incondicional del PP, por mucho que ahora Basagoiti pretenda desmarcarse.
Si el año 2010 fue malo, el siguiente fue peor. El PSE y el PP volvieron a pactar un presupuesto deficitario y volvieron a incumplirlo, gastando nuevamente más de lo presupuestado. Este pasado año 2011 se cerró definitivamente con un déficit de 1.690 millones de euros, lo que significa que el Gobierno López gastó cada día 4,6 millones de euros más de lo que tenía.
La senda emprendida por los socios preferentes este 2012 es la misma, han vuelto a presupuestar por encima de lo disponible. Patxi López, con el apoyo de Basagoiti, gasta más de lo que presupuesta y se permite comprometer mucho más de lo que tiene. Su gobierno gasta lo que no debe y lo que está haciendo es diferir al futuro compromisos de pago que algún día alguien tendrá que pagar. El problema es que ese alguien somos todos y todas.
López hipoteca Euskadi
El problema económico que está generando este gobierno es doblemente grave, porque gasta más de lo que tiene y en paralelo multiplica exponencialmente la deuda pública. Cuando Patxi López llegó al gobierno, el nivel de endeudamiento no alcanzaba los 1.000 millones de euros, en el momento en que lo deje superará los 7.000. En solo cuatro años, este gobierno habrá multiplicado la deuda de Euskadi por ocho, hipotecando nuestro futuro. Para hacernos una idea de lo que esto significa, cada día se gasta un millón de euros en pagar este endeudamiento desbocado.
La pregunta inmediata que cabe formularse es ¿para qué se ha endeudado el Gobierno? El folleto López es incapaz de informar sobre el destino de esta deuda porque sencillamente la mayor parte de la misma no se ha destinado a inversión sino a cubrir el gasto corriente del propio gobierno. Un único dato vuelve a ser suficientemente elocuente: el año 2010 el Gobierno vasco redujo sus inversiones en un 22% y el pasado año en un 6% adicional. La conclusión es evidente: Patxi López se endeuda más para invertir menos. Ahora entendemos el sentido real de su cansina cantinela "más con menos", significa más deuda con menos inversión.
Más desempleo con López
El folletín que ha buzoneado el Partido Socialista olvida informar sobre el problema social número uno: el paro. Quizá Patxi López haya pensando que no es un dato de relevancia. A ver qué les parece a ustedes: en mayo de 2009, el mes en que fue nombrado lehendakari, había 118.744 personas en paro en Euskadi; en mayo de este año han ascendido hasta las 160.908.
En solo tres años, el paro ha crecido en Euskadi un 35,5%, muy por encima de la media de crecimiento del Estado. No quiero ni imaginar la cara de las 42.164 personas que han perdido su empleo durante estos tres años al recibir un folleto informativo del lehendakari en el que se oculta esta realidad.
No solo eso, sino que Patxi López afirma haber conseguido la transferencia de las Políticas Activas de Empleo para Euskadi. No voy a entrar a valorar la jactancia de quien nada hizo para lograr esta competencia y pretende ahora una medalla. Lo relevante es preguntarse si el servicio que hoy ofrece Lanbide está a la altura de las demandas y necesidades de esta sociedad. Y la respuesta es un rotundo no, porque lo que hace este folletín en realidad es evidenciar el fracaso de la gestión de este gobierno.
Con López, Euskadi en recesión
El Partido Socialista nos ha deleitado cada año con una ocurrente metáfora para tratar de sortear la evidencia de la crisis. Comenzó con los brotes verdes, pasó a vislumbrar la luz al final del túnel y ahora contempla los atisbos de la recuperación. La cruda y única realidad es que Euskadi ha caído en la recesión. El gobierno no supo preverlo, no lo vio o no lo quiso ver, pero el dato es incontestable y el Producto Interior Bruto ha caído durante dos trimestres seguidos. Señor López, ha olvidado usted informar de esta realidad a la ciudadanía, y no se trata de un dato cualquiera, esto significa lisa y llanamente que Euskadi se encuentra en recesión económica.
En cualquier caso, lo preocupante no es la situación de la economía sino la evolución previsible vista la inacción del lehendakari López y su gobierno. Hace tres años, hace dos y hace uno comprometió un "gran pacto por el empleo y el desarrollo económico". El escenario de la promesa es siempre el mismo, una nutrida comparecencia ante los medios de comunicación. El problema es que el escenario de la ausencia también se repite, es el pleno del Parlamento Vasco al que nunca llega ni llegará ese gran pacto siempre prometido y siempre aplazado.
El PSE y el Gobierno López están gastando mucho tiempo y mucho dinero en convocar mítines, editar folletos y organizar ruedas de prensa. Están embarcados en una campaña electoral permanente. El problema es que no pueden ocultar lo evidente: su inacción y su falta de capacidad de respuesta ante la situación.
Esta no es la primera crisis que padecemos en Euskadi, tenemos muy presentes las vividas en los inicios de los años 80 y los 90. La diferencia es que en aquellos momentos el Gobierno vasco lideró la recuperación, buscó aliados políticos e institucionales, aunó esfuerzos públicos y privados para salir adelante. La ciudadanía vasca tiene muy presente aquella actitud de respuesta colectiva para salir de la crisis.
Lo incomprensible es que ahora, ante una situación equiparable, nos encontremos con un gobierno sin iniciativa, sin propuestas y sin aliados. Un gobierno indolente, más obsesionado por "hacer que hace" que por hacer. Un gobierno incapaz de asumir su máxima responsabilidad que es liderar este país. La cruda realidad es que tras tres tristes años en Ajuria Enea, Patxi López no ha comprendido que gobernar es plantear iniciativas, aunar voluntades y tomar decisiones. La sociedad vasca no necesita folletos para saber que vivimos un nuevo tiempo y que cuanto antes cambiemos será mejor, un nuevo tiempo para hablar menos y hacer más.