LA presente edición de los Premios Sabino Arana otorgados por la Fundación del mismo nombre ha otorgado la oportunidad de lanzar una mirada de esperanza hacia el futuro de Euskadi con base en lo que se ha trabajado (mucho y bien) desde hace décadas. Los galardones a la investigadora Maite Lafourcade, a la Cámara de Comercio de Bilbao, a CAF, a la Universidad de Deusto, a la campeona del mundo Eunate Agirre y a la Conferencia Internacional de Paz celebrada en octubre pasado en Aiete configuran una magnífica visión de personas e instituciones que con su esfuerzo y labor diarios representan lo que el presidente de la Fundación, Juan María Atutxa, definió con la esperanzadora expresión de "amanece una nueva Euskadi". Pero, además, los premios entregados ayer dieron la oportunidad siempre enriquecedora de contar -pocos días después de la visita de la Comisión de Verificación- con una de las personas de ámbito internacional que con su presencia y su trabajo han dado un impulso al incipiente proceso de paz en Euskadi y que siguen apoyando desde su experiencia y su autoridad política y ética que se sigan dando pasos hacia el cierre definitivo del tiempo de la violencia en nuestro país. Bertie Ahern, ex primer ministro de Irlanda y uno de los participantes en la Conferencia de Aiete -fue quien leyó la famosa declaración en la que se exigía a ETA el cese definitivo de su actividad armada-, ha lanzado, tanto en la entrevista publicada en exclusiva ayer en DEIA como durante la recepción del premio a la Conferencia Internacional, varios mensajes de altísimo interés, fruto de una experiencia exitosa que conviene no olvidar y que demuestran visión de Estado, por lo que no deberían caer en saco roto en ninguna de las partes afectadas -en este caso, y de manera especial, por parte del Gobierno de Mariano Rajoy- para la buena marcha del proceso de paz. Cabe destacar, en primer lugar, la apuesta inequívoca de Ahern por el diálogo como única manera de resolver un conflicto. Dejar los problemas sin abordar solo conduce a que se enquisten, asegura el ex primer ministro irlandés, y la única manera de conseguir el desarme de una organización terrorista es hablar con ella y llegar a acuerdos. Por ello, insta a Rajoy a aprovechar el momento histórico y asumir el liderazgo político con los presos. No lo dice un teórico en la resolución de conflictos. Su actuación junto a Tony Blair en Irlanda del Norte fue decisiva para el logro de los Acuerdos de Viernes Santo que condujeron a la paz. Liberaron a "miles de presos" en una decisión que califica "de riesgo", "muy traumática" y "nada popular" pero que resultó decisiva. De ahí que Rajoy deba tomar nota, no para trasladar actuaciones de forma mimética, pero sí para encauzar el proceso. Debe tomar decisiones. Ahern animó ayer a la sociedad vasca a que "exija la paz". Una exigencia que pasa por que ambas partes asuman sus responsabilidades y actúen en consecuencia.