La horquilla de la movilización
El sondeo pre-electoral de CIES, del que DEIA publica hoy la primera entrega, acerca una realidad sociopolítica que los datos ofrecidos en su día por el CIS trataron de alterar y corrige la tendencia al bipartidismo que denota el Sociómetro vasco
LOS resultados del sondeo pre-electoral de CIES, del que DEIA publica hoy la primera entrega, acercan la realidad sociopolítica vasca que se antojaba ciertamente alterada en los extraños datos ofrecidos en su día por el Centro de Investigaciones Sociológicos (CIS), dependiente del Ministerio de Presidencia del Gobierno de España que dirige el candidato socialista por Araba, Ramón Jáuregui. Si la encuesta del CIS, que levantó sonoras críticas por la labor de cocina que se evidenciaba en sus análisis, daba al PSE como primera fuerza política y vaticinaba una mayoría constitucionalista, el sondeo realizado por CIES está mucho más en consonancia no solo con el resto de las encuestas y sondeos -como demuestran los resultados del Sociómetro vasco pese a su clara inclinación al bipartidismo al valorar solo a líderes estatales-, sino incluso con los trackings que maneja el propio Partido Socialista. En primer lugar, el PNV volverá a ser la fuerza más votada y a ganar las elecciones, confirmando sus triunfos de las autonómicas de 2009 y las municipales y forales del pasado mayo. Un triunfo electoral que llegaría a lomos de su clara consideración como el partido que mejor defiende los intereses de Euskadi y el más capacitado para la gestión en tiempos en que una y otra características se comprenden indispensables para afrontar la extensión de la crisis económica que nos afecta de modo creciente desde hace ya más de dos años. Pero también en virtud de que su líder, Iñigo Urkullu, es el mejor valorado por la sociedad vasca y el que, según esta, más ha contribuido en el desarrollo del proceso de paz en los últimos tiempos. Se añade a ello la excelente relación conocimiento/valoración de Josu Erkoreka, cabeza de lista jeltzale, tras la labor desplegada en Madrid en la consecución de las transferencias. Por el contrario, el PSE, que en 2008, tras el asesinato de Isaías Carrasco, fue la primera fuerza, se ve afectado por su inanidad económica, tanto a nivel del Estado como en lo que corresponde al Gobierno vasco que preside Patxi López, y el incumplimiento de promesas y programas y solo la consideración de un papel positivo respecto al proceso de paz le permite mantener la segunda bolsa de votos. Amaiur, que no consigue rentabilizar la adhesión de parte de Aralar, y el PP, lastrado por sus reticencias a la nueva situación que se vive en Euskadi, quizás sufren el claro cuestionamiento de su labor institucional en Gipuzkoa, de modo especial en los últimos días, y Araba, respectivamente. En cualquier caso, la encuesta refleja una clara suma abertzale (50% frente al 43% de PSE-PP) y, sin embargo, un muy ajustado resultado en escaños, con horquillas que dependerán con toda seguridad de la capacidad de movilización que presenten los partidos durante la última semana de campaña.