DICE el sabio refranero popular que una cosa es predicar y otra muy distinta, dar trigo. Es exactamente lo que le está ocurriendo al Gobierno de Patxi López en múltiples cuestiones de su gestión en estos ya dos años y medio de legislatura. Pero hay asuntos que, por su especial sensibilidad social, deberían exigir un mayor cuidado a la hora de abordarlos y gestionarlos. Es, por ejemplo, el tema de las víctimas del terrorismo, que demasiado a menudo reciben palabras grandilocuentes de apoyo o son utilizadas con fines políticos espurios pero no siempre obtienen el trato que merecen de solidaridad, apoyo, cercanía y reparación. Según publica hoy DEIA, las asociaciones de víctimas no han recibido aún las subvenciones correspondientes al año 2011 por parte del Ejecutivo de López. No es un asunto baladí. Se trata de 400.000 euros presupuestados que sirven a estos colectivos para desarrollar su labor diaria de información, asesoramiento y, en general, tareas de apoyo a las víctimas de la violencia. Se trata de una situación sin precedentes que está poniendo en riesgo la propia supervivencia de algunas de estas asociaciones, incapaces de poder hacer frente a los pagos más necesarios ya que sus ingresos principales, como es lógico, provienen de las arcas públicas mediante este tipo de subvenciones. El problema es que, además, no saben ni cuándo ni siquiera cuánto van a cobrar. No hay explicaciones. Eso sí, saben que los recortes decretados por el Gobierno López con motivo de la crisis les afectarán muy directamente el año próximo, ya que en los Presupuestos para 2012 hay una rebaja considerable en la partida destinada a estas subvenciones que baja de los 400.000 euros actuales -ya congelados- a solo 260.000 euros, además de 54.000 euros para fundaciones. La tijera hará mucho daño a estas asociaciones. Desde antes de su elección y desde el mismo momento de su toma de posesión, López hizo continuos guiños a las víctimas, con promesas de gobernar por y para ellas. Pero una cosa son las promesas electorales y las buenas palabras y otras, los hechos. Tras el anuncio de ETA de cese definitivo de la violencia, extrañó a muchos que, en lógica con sus pronunciamientos, López no citara en primer lugar a las asocicaciones de víctimas, sino a los partidos, sindicatos, patronal y a sus antecesores en el cargo. Finalmente, será este jueves cuando reciba a representantes de estos colectivos. Nadie duda de que las víctimas tendrán que jugar un papel primordial en el nuevo tiempo. Su actuación será básica para que tenga lugar la reconciliación y la convivencia pacífica y democrática que la sociedad vasca ansía desde hace décadas. Para ello, no puede haber discriminaciones entre víctimas, ni tratos de favor, ni cicaterías políticas o económicas. Y el Gobierno López no puede dar ni un paso en falso.