Expectativas
A menudo ponemos el listón de nuestras ambiciones a una altura difícil de alcanzar. Es una virtud de la condición humana pero también un defecto. Llegar a la meta produce una indescriptible satisfacción, quedarse cerca del objetivo es un premio a la tenacidad. Pero suspender en el intento frustra y la sombra de la impotencia puede terminar lastrando nuestras posibilidades.
Todos ponemos expectativas en nuestras vidas. Nos gusta ponernos a prueba, descubrir dónde están nuestros límites y compararnos con el vecino, especialmente si lo aventajamos en algo. Cualquier cosa sirve. La sensación de superioridad parece mejor si lo miramos desde un coche más grande o si a vuelta de las vacaciones creemos deslumbrarlo con nuestro efímero bronceado playero.
Hay tentaciones a las que recurrimos frecuentemente y un pecado común consiste en "picar alto". En mi época nos empecinábamos en conquistar aquellas chicas inalcanzables, ambicionábamos llevar el volante de un Golf GTI porque te hacía sentirte en el club de los elegidos. Querías alcanzar una popularidad "de pegote" que solo a unos pocos se les permitía. Eran los líderes. Nosotros unos soñadores empedernidos con la estrategia equivocada.
La cuestión es que golpe a golpe empiezas a entender las claves de la vida. Lección aprendida. Es lógico ponerse retos pero no debemos pecar ni de ilusos ni de pretenciosos. Simplemente hay que reconocer nuestras fortalezas y debilidades, saber valorar lo que tenemos sin renunciar a objetivos a nuestro alcance que mantengan encendida la ilusión.
Esta clase improvisada de coaching nos lleva al Athletic. Me permito aplicar este repertorio de ideas para tratar de entender el ambiente de ciertas dudas que ha empezado a rodear al equipo coincidiendo con el kit-kat liguero.
Tan solo hemos visto dos partidos oficiales, ambos resueltos en tablas. El Athletic de Bielsa no conoce la victoria pero están fuera de lugar los ataques prematuros de pánico. Viendo cómo entrena el equipo y como se desgañita el loco los resultados y el juego no tardarán en llegar.
Intento decir que aunque tengamos puestas grandes expectativas en el nuevo proyecto rojiblanco, aunque el listón del equipo esté alto tras la última campaña es demasiado pronto para emitir un juicio sobre el devenir que acompañara a la temporada recién comenzada.
Como dice el refrán: "La paciencia es la madre de la ciencia". El fútbol se examina cada semana pero no perdamos el norte. Las cosas de palacio van despacio. La paciencia es amarga, pero sus frutos son dulces.