NI la reforma de la Constitución, ni la vuelta al cole, ni la crisis..., la noticia más leída y más comentada en medio mundo esta semana, es esa pillada de una alcaldesa belga practicando sexo. El cortometraje erótico de Ilse Uyttersprot mirando pa Olite y montándoselo en el torreón, ha arrasado en internet. Aunque increíblemente la gente se escandaliza más viendo este envite en Olite que a un guardia aporreando a un paisano en la JMJ de Madrid. Mantener sexo en público es un debate eterno que suscita pasiones, pero cuando son representantes del Partido Popular Europeo los que se lo montan en las almenas de un castillo al grito de abre la muralla, la cosa tiene su miga. A los Torquemadas del sexo no les ha gustado y proponen ir todos a copular al Atomium de Bruselas. El de la regidora de Aalst es solo un caso que se suma a la larga lista de caras conocidas fotografiadas y grabadas practicando sexo al aire libre como ha sucedido estos días con el bailaor Antonio Canales que fue pillado haciendo un solo de flauta a un tipo en una playa gaditana. El bailaor quizá estaba inspirado tras leer Schossgebete, la novela que ha vuelto a colocar a la escritora alemana Charlotte Roche en lo más alto de la lista de ventas, y que arranca con una descripción detallada de una felación que se extiende durante cinco páginas. Intereses literarios aparte, el lance de Olite solo evidencia que el turismo cultural es más placentero que el de sol y playa.