Es absolutamente condenable y vergonzante que un descerebrado haya podido dar un navajazo a un turista gaditano en Iruña sólo porque el sureño llevaba una camiseta de su selección, la española. Pero calificarlo de "cacería", negar que alguien pueda sentirse vasco y no español y hacer un espectáculo de este acto de violencia injustificable, parece igual de execrable. En "Libertad Digital" han dado voz a la víctima de este ataque, que da por hecho que ha sido acuchillado por un español, con un discurso intencionado hacia ese sentimiento nacional. Nada justifica un ataque vil y despreciable, pero las palabras de una víctima no deben ser tomadas como verdad ni bandera política.