Estoy realmente perpleja, he pasado de la incertidumbre al entusiasmo y de la indignación a la fascinación. Ayer recibí un informe sobre mi aptitud para la incorporación el próximo 15 de septiembre a mi nueva plaza de funcionaria de ATS-DUE, pero tal y como he estado leyendo desde el 29 de julio en la prensa navarra, parece que no tengo que presentarme a mi puesto de trabajo, cosa que nadie me ha notificado formalmente.

Se está hablando mucho del tema, más por motivos políticos que porque a nadie le importe el sufrimiento de un puñado de enfermeras. Sin entrar en temas como si el euskera hace falta o no para la profesión, y teniendo en cuenta que otros idiomas comunitarios han puntuado más, está claro que la Administración ha incumplido un acuerdo sindical firmado en 2006, y después una sentencia judicial dictada en marzo de este mismo año, y en vez de hacer los cambios pertinentes entonces, nos convocan para elegir plaza en el mes de mayo. Todo esto sin tener en cuenta el despropósito de las bases de la oposición, cuya resolución se va a prolongar más de tres años desde la fecha de su convocatoria.

Por ello, sabiendo que ningún responsable del asunto va a entonar el mea culpa, como afectada pediría que Gobierno y prensa dejen de tratar este asunto como un tema político, y que sindicatos y colegio profesional se involucren, aunque sea un poco, para que finalmente terminen de analizar las posibilidades de solución en un tiempo razonable, tomen una pronta decisión, y más de 300 profesionales afectados dejemos de padecer el cúmulo de despropósitos de esta convocatoria y podamos celebrar con nuestros allegados el proyecto de nuestro esfuerzo que era, era? ¡ah sí! Únicamente poder trabajar.