Una vara de medir
Contrariamente a lo que se utiliza como tópico (hay dos varas de medir), creo que en el tema de las situaciones de crisis económicas en general y, a lo largo de la vida, sólo se utiliza una vara de medir.
Esa vara de medir se aplica cuando existe una crisis económica del capital y siempre para efectuar recortes en los despidos, salarios, en las pensiones, en la sanidad, en la educación y en general en la calidad de vida que con tanto esfuerzo contribuyen los asalariados y contribuyentes ya sean: trabajadores, jubilados, sanitarios, docentes…
Siempre son los que crean esa riqueza los más castigados, no los que la reciben, que son, al fin y a la postre, los que han creado esta situación, como en el caso que nos está ocupando en los últimos tiempos.
Ya es triste que, precisamente, sea (eufemísticamente) el partido socialistas por segunda vez después de la transición el encargado de, en la era de Felipe González, dar carta de naturaleza a las ETT y a los contratos basura en los años 1994, y que sea ahora otro socialista el que inicie una reforma laboral a la baja sin precedentes y dándoles todo el poder económico y social a los empresarios. Con amigos así, no hacen falta enemigos.
Si hubiera una segunda vara de medir, se utilizaría para redistribuir más y mejor la riqueza creada en tiempos de bonanza económica. En esos períodos, los trabajadores ganan más o menos lo mismo, mientras el capital se duplica en aras de la hibernación o vacas flacas (cajas fuertes y paraísos fiscales) y a la espera de tiempos mejores, eso sí con la ayuda del Gobierno y en muchas mejores condiciones.