CTB: las formas y la norma
El nombramiento del nuevo director gerente del Consorcio de Transportes de Bizkaia confirma la arbitraria gestión del Departamento de Transportes y linda con la prevaricación al obviar conscientemente los estatutos de la entidad
EL nombramiento en consejo extraordinario del Consorcio de Transportes de Bizkaia (CTB) de Iñaki Prego como nuevo director gerente de la entidad, independientemente de la consideración sobre la valía profesional de éste, confirma que el Departamento de Vivienda, Obras Públicas y Transportes que dirige Iñaki Arriola y especialmente la viceconsejería de Transportes de Ernesto Gasco han optado por formas muy alejadas del consenso que había imperado hasta hace meses en la gestión del transporte público vizcaino. Si el anterior nombramiento del propio Prego como consejero delegado de Metro Bilbao -cargo que sigue ostentando- el pasado febrero mantuvo aún cierta inercia negociadora aun cuando se creara ese puesto ex profeso y sobre el hasta entonces director gerente y máximo responsable del Metro, Rafael Sarria; a partir de ese momento la mayoría socialista en el consejo del CTB, resultante de la presencia de los consejeros que representan al Gobierno y los ayuntamientos socialistas, entró en una deriva de imposición que se ha puesto en evidencia, sobre todo, en el forzado proceso de sustitución del anterior director gerente de la entidad, Juan Cruz Nieves, culminado ayer con el nombramiento de Prego, pero también en las decisiones con las que el equipo de Gasco ha penalizado proyectos decisivos para varias localidades ajenas a la órbita socialista y para el desarrollo del transporte en Bizkaia. Ahora bien, siendo las formas empleadas en todos esos casos harto preocupantes por cuanto suponen además priorizar afinidades y vinculaciones políticas y conveniencias personales a contrastadas cualidades profesionales y a los intereses de la ciudadanía; aún se antoja más grave que, en el caso de la sustitución de Nieves por Prego, esas formas se impongan incluso contra las normas internas de que se ha dotado el Consorcio de Transportes al incumplir conscientemente -ya que el nombramiento se aprobó pese a las advertencias previas del propio secretario del consejo- el artículo 18.1 de los estatutos del CTB, en el que se afirma que "el Director Gerente actuará en régimen de dedicación exclusiva y estará sometido al régimen de incompatibilidad aplicable a los funcionarios de Administración Local". Es decir, Prego no puede ser nombrado director gerente del CTB mientras siga siendo, como en la actualidad, consejero delegado de Metro Bilbao, pero los representantes socialistas en el consejo del Consorcio de Transportes han hecho caso omiso de esa norma con el único fin de culminar el proceso de control -evidentemente político- del órgano decisorio sobre las políticas del transporte en Bizkaia. Y el hacerlo, el faltar a sabiendas a las obligaciones y deberes del cargo, linda con lo que en el ámbito de lo público se conoce como prevaricación.