LA presentación pública de lo que se ha denominado la subsede de la Fuente Europea de Neutrones por Espalación (ESS), que se ubicará en el Parque Científico del Campus de la UPV en Leioa, apenas aporta novedades sobre un proyecto que ha originado notables controversias y sufrido variaciones fundamentales además de levantar en el ámbito científico notorias críticas respecto al compromiso del Gobierno español con el planteamiento original y a su labor a la hora de defender e impulsar la candidatura de Bilbao, finalmente derrotada, como sede principal de una de las mayores inversiones científicas de la Unión Europea en la próxima década. De hecho, únicamente tras la llegada al Ministerio de Ciencia e Innovación de Cristina Garmendia y la asunción por el Gobierno español de las labores diplomáticas tendentes a lograr el apoyo de los países de la UE a la candidatura vasca se truncó una trayectoria que había sido notable en sus inicios del año 2002, cuando el catedrático de la UPV Manuel Tello presentó la idea y ésta fue acogida por la Diputación Foral de Bizkaia, y en su continuidad hasta superar el examen de los expertos de la UE en 2006. Ese fallido final del proceso y sus responsabilidades parecían recomendar cierta prudencia que ayer, en la presentación de un proyecto minimizado -180 millones de inversión y 160 puestos de trabajo frente a 1.300 millones y 600 empleos- respecto al original, brilló por su ausencia en las declaraciones de la ministra y de Patxi López. Incluso sin albergar dudas sobre las aportaciones positivas que se derivarán del centro de Leioa, calificar el proyecto "como una prueba de la madurez y la ambición de nuestro sistema de ciencia e innovación", como hizo ayer Garmendia, suena ciertamente irónico para quienes han seguido de cerca el largo proceso. Y señalarlo como un "éxito de un proyecto de colaboración institucional" entre los gobiernos socialistas de Lakua y Madrid debería llevar a algún sonrojo. Sobre todo tras la reciente destitución del ya ex secretario de Estado, Carlos Martínez, uno de los encargados de la defensa de la candidatura bilbaina en la Unión Europea y quien llegó a calificar la obtención de la sede principal, que finalmente fue a la ciudad sueca de Lund, como "prioridad número uno" del ministerio. Pero, además, la constatación de que la llamada subsede no será una fuente de neutrones -Garmendia y López eludieron referirse a esa tecnología- sino un acelerador multipropósito, sitúa algo más que ciertas dudas sobre otra parte del acuerdo al que llegaron en su día el anterior Ejecutivo vasco y el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, la que comprometía a Madrid a cofinanciar una fuente de neutrones regional en caso de que no se lograra la fuente europea, alternativa que ahora también parece condicionada a la UE y la sede de Lund.