En la niñez, lo que gana el sedentarismo se pierde en salud. Hasta hace un par de décadas la falta de ejercicio en los niños y niñas se achacaba a las horas delante de la televisión, hoy esas horas han disminuido pero se están incrementando de manera desaforada las horas, horas y más horas que los pequeños y adolescentes se pasan frente algún aparato electrónico. Lo que los expertos dicen es que no parece que esto vaya a parar, ni siquiera a mantenerse como hoy en día, sino que va claramente al alza casi como una adicción generalizada. Preocupante, sí, porque, muy probablemente, niño sedentario, adulto más enfermizo.

El deporte, la gran solución

* Desplazarse caminando o en bici al centro escolar. Evitar ascensores.

* Sesiones diarias de actividad en el centro escolar (recreos, clubes de actividad…).

* Tres o cuatro actividades/semana a las tardes (juegos en el parque en edad infantil o deportes organizados en adolescentes).

* Actividades deportivas más prolongadas el fin de semana: paseos por el monte, en bici, ir a la piscina, etc.

Debilidad muscular, peor calcificación, obesidad –con sus múltiples derivadas–, falta de coordinación de movimientos, depresión, tendencia a otras adicciones… Los problemas de salud derivados de un sedentarismo habitual en la niñez y adolescente son una lista interminable. En las manos de educadores y sobre todo de los padres y madres está el poner coto a esta automutilación de la propia salud.

 Y es que el 70% de los niños y adolescentes españoles no hace la cantidad mínima de ejercicio recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), por lo que se les pueden considerar sedentarios. El problema es más acusado todavía en las niñas (solamente el 22% sí cumplen las recomendaciones mínimas), y en adolescentes (77% son sedentarios).

Estos datos han sido ofrecidos por la doctora Elena Roldán, médica rehabilitadora de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF), y corresponden a las conclusiones preliminares del estudio PASOS del 2022 (2º ed, Gasol Foundation), que aporta datos sobre obesidad, actividad física, sedentarismo y bienestar de los niños y de los adolescentes españoles. 

Rutinas saludables

Según destaca la especialista, el sedentarismo es “una afección instaurada en nuestra sociedad y con importantes consecuencias sociosanitarias”. “Los médicos rehabilitadores atendemos población infantil por diversos motivos, y observamos, día a día, esta realidad en nuestras consultas”.

“Un factor importante es el entorno. Por ejemplo, cada vez es más frecuente que los traslados cotidianos sean en medios motorizados (colegio, actividades); la disponibilidad de espacios de juego o deporte seguros puede estar disminuida en algunas áreas vulnerables. Y el ocio sedentario, que ya ganaba posiciones desde el siglo pasado con la televisión y los videojuegos, predomina desde la irrupción de pantallas de tablet y móvil. Los niños y adolescentes españoles pasan de media casi 200 minutos/día ante pantallas entre semana, cifra muy por encima de los 120min/día recomendados como máximo por la OMS”.

También es muy importante la educación y ejemplos a seguir que se dan dentro de cada familia, respecto a lo cual, llaman la atención que sólo el 26,5% de los adultos (> 15 años) españoles realizan actividad física regular.

¿Cuánto ejercicio?

Según destaca la experta, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda, para niños y adolescentes, 60 minutos al día de actividad física de intensidad moderada o vigorosa. Pero, ¿cómo tiene que ser esta actividad?

En cuanto a la intensidad se puede comprobar de manera sencilla con el test de hablar. Una actividad de intensidad moderada es aquella en la que se puede mantener una conversación, pero no cantar, por ejemplo. En el caso de una actividad vigorosa, no es posible mantener una conversación.

Respecto al tipo de actividad, debe ser variada, incluyendo actividades cardiovasculares diarias, y al menos dos días a la semana, actividades de fuerza/resistencia muscular, de flexibilidad y de coordinación.

La actividad total diaria puede repartirse en varias sesiones cortas e intermitentes (juegos en el recreo, en el parque o en casa, actividad deportiva reglada….). Es conveniente que la actividad sea divertida y asequible, adecuada a las capacidades. Sobre todo, hay que evitar usar el ejercicio como castigo.

Los beneficios

* Prevención de obesidad y enfermedades crónicas graves (diabetes, hipertensión, hipercolesterolemia…).

* Mejora del desarrollo del sistema osteomuscular.

* Aumento de la masa ósea, esto es, unos huesos “con buenos cimientos”, que ayuden a prevenir osteoporosis en la edad adulta; la masa ósea aumenta sobre todo en la pubertad, y se favorece mediante actividades de alto impacto (bailar, correr, deportes con saltos como baloncesto, voleibol….).

* Mejora el rendimiento cognitivo (memoria, procesamiento).

* Reduce el riesgo de depresión y ansiedad. Al hacer ejercicio se liberan diversas hormonas y neurotransmisores que modulan el estrés y generan sensación de bienestar, como son las endorfinas, la dopamina y la noradrenalina. El deporte y ejercicio proporcionan además oportunidades para realizar tareas con éxito, mejorando la autoimagen.

* Promoción de las interacciones sociales. Tanto en deportes de equipo, como en deportes individuales practicados colectivamente.