Para él los propósitos de enmienda de cara al nuevo año tienen que estar basados en hacer una alimentación más saludable que en diseñar la operación bikini para eliminar los kilos de más que hemos acumulado durante estas navidades. El lunes ya empiezo la dieta es más que un manual de buenas intenciones para entrar en la cocina y no tirar de ultracongelados. Aunque aún estamos pensando en el turrón de Nochevieja, el champán de las campanadas y el roscón de Reyes, él pide a sus lectores que se fijen en las verduras, las frutas, el pescado y la carne, pero con moderación.

PERSONAL

Edad: 36 años.

Lugar de nacimiento: Sevilla.

Trayectoria: Desde hace ocho años tiene una consulta abierta en Segovia. Es dietista, nutricionista, tecnólogo alimentario y técnico superior de laboratorio de diagnóstico clínico. También imparte clases sobre su especialidad. Acaba de publicar el libro El lunes ya empiezo la dieta. Es un manual de consejos sobre cómo seguir una buena alimentación e incluye 129 recetas de todo tipo para demostrar que comer sano, variado y sabroso es posible.

¿Es necesario empezar la dieta los lunes?

Si es por el mal concepto de dieta, no habría que empezarla nunca. Si la entiendes como el someterte a una tortura durante equis tiempo simplemente para bajar de peso, ya sabemos lo que va a pasar.

¿Qué va a pasar?

Que va durar un tiempo, que esa dieta tiene los días contados y que volverás a las andadas a la menor oportunidad. Ese sacrificio no lo aguanta nadie. Y es que además no es un sacrificio sano.

¿Y qué hacemos?

No hacer dietas restrictivas para bajar peso. Hay que tomárselo como un cambio de hábitos. Está bien querer perder peso, pero lo conseguiremos comiendo con sentido común. Las dietas no tienen por qué tener un fin. Habitualmente se hacen con ideas equivocadas y diciendo: Cuando alcance mi peso dejo de comer de esta manera.

"Está bien querer perder peso, pero lo conseguiremos comiendo con sentido común. Las dietas no tienen por qué tener un fin"

Con el inicio del año se impone una operación bikini. Quitamos los kilos de más cogidos en Navidad y afinamos el tipo de cara a lucirlo en primavera o verano.

Pues ya ves, es lo que nunca se debe hacer. Sé que para muchos y muchas es un propósito de cara al nuevo año, pero no, es un gran error. Lo sabemos de sobra y seguimos cometiéndolo. La operación bikini como propósito no es una buena idea.

¿Nos preocupa más ahora la estética que hace unas décadas?

Sí. La subida de tasas de obesidad es relativamente reciente. Ocurrió cuando los productos más ultraprocesados hicieron su aparición. Los llamados productos basura irrumpieron en nuestras vidas hace cincuenta años, más o menos. Se comían muy de vez en cuando, no estaban en nuestra vida cotidiana.

La alimentación está llena de mitos y también de contradicciones. Hay productos que antes no eran buenos y ahora sí, y viceversa.

Vamos investigando cada vez más. Pero también hay que hablar de una mezcla de intereses a la hora de decir que un alimento es bueno o malo. Decir una cosa u otra influye en las ventas.

¿Nos dejamos manipular?

Claro. Existe la tendencia a decir que un alimento es muy bueno, aunque sea regular o malo, simplemente para que se venda y muchas veces nos lo creemos. Pero en definitiva, la nutrición y sus investigaciones es una ciencia que va evolucionando.

¿Qué hacemos mal en el día a día?

Comer demasiado. Muchas veces las cantidades no van de acorde a la actividad física. Se come mucho y luego nos sentamos en una oficina y de ahí al sofá de casa. Por ejemplo, la fruta o la verdura, que aportan mucho volumen a la comida y menos calorías, no suelen estar tan presentes. La verdura se convierte solo en acompañamiento y la fruta suele brillar por su ausencia. Comemos poca legumbre. Comemos muchas galletas, repostería, lácteos de no muy buena calidad, yogures de sabores… Se come poco pescado... Tenemos un serio problema.

¿Está influyendo o va a influir la subida de precios en la alimentación en comer todavía peor?

Se sabe que las tasas de obesidad van relacionadas con la situación económica de los núcleos familiares. A menos poder adquisitivo hay peor alimentación. Está contestada tu pregunta. A mayor aumento de precios, peor calidad en la alimentación. Hay que plantear qué pasa con la salud, la comida basura es tremendamente barata.

¿No se puede comer bueno, bonito y barato?

Se puede, se puede. Pero puedes llegar a ser más repetitivo en los menús y tienes que cocinar. Hay que invertir tiempo a la hora de preparar la comida.

Más que hacer dietas, Zumaquero propone comer con sentido común.

Más que hacer dietas, Zumaquero propone comer con sentido común.

Plantea 129 recetas para disuadirnos de hacer una dieta al uso. ¿No ofrece variedad y salud?

Esa es la idea. Mientras más variedad haya en la comida saludable, menos te vas a aburrir y menos te vas a desviar a la comida basura. Muchas veces queremos ser más papistas que el Papa y buscando la perfección alimentaria nos salen unas cosas que saben a rayos.

¿No debemos ser perfectos comiendo?

No somos perfectos en nada. No siempre hacemos el deporte perfecto, no dormimos de forma perfecta, no comemos de forma perfecta. Pero hay que equilibrar y buscar una relación que sea aceptable. Siempre te puedes dar un capricho. Si hacemos recetas muy sanas, pero muy sosas y monótonas, normal que te tires a la comida basura.

Se nos llena la boca hablando de la dieta mediterránea. ¿Es tan buena como la venden? Da la sensación que tiene ciertas lagunas de realidad.

Si vamos a la historia, la dieta mediterránea es lo que se comía en Creta en los años 60. Se empezó a investigar y se hicieron relaciones alimenticias. Pero esa dieta no corresponde a la que ahora nos referimos. Hay mucho interés en introducir productos. Si te dice que hay que comer equis de cereal, lo que te dice es que comas un buen pan integral, arroz integral… Pero hay muchos cereales que no están manipulados con ese baremo calidad y esos intereses te pueden llevar hacia la comida basura.

¿Tampoco nos fiamos de la dieta mediterránea?

Es que la han prostituido de tal manera, que a día de hoy todo entraría dentro de la dieta mediterránea. Se está yendo a un concepto abierto para incluir alimentos que nunca han sido parte de esta dieta.

Las dietas las hacemos más las mujeres, ¿no?

No hay cambios en ese sentido. Hay más presión social sobre vosotras que sobre nosotros. Hay presión en todos los aspectos estéticos, se valora la delgadez y es una putada, pero es lo que ocurre. Muchas mujeres vienen a la consulta preocupadas por su peso corporal.

¿Y la alimentación infantil? ¿También lo estamos haciendo mal?

No en todos los casos. Pero partimos de que no importa que coman otras cosas, aunque esas cosas no sean sanas. Tratamos a los niños como extraterrestres. Tú no te comes el donut porque lo consideras malo, pero se lo das al niño. A día de hoy, los niños comen peor que los adultos. Los inflamos a productos superfluos.

¿Cómo tendría que ser un menú ideal, más o menos?

Dentro de la comida principal, la prioridad la tendría que tener la verdura y la hortaliza. Por ejemplo, una de las recetas que me suelo hacer es un arroz integral con setas, cebolla, zanahorias y un poco de queso para darle un sabor como a risotto. Con carne, pescado, con legumbres... la verdura tiene que estar muy presente y en mayores cantidades de las que se comen habitualmente. 

¿Tenemos que contar calorías?

No tengo ni idea de las calorías que como, ni de las que comen mis pacientes. Si tiramos de frutas y hortalizas, los platos no pueden salir muy calóricos.

¿Alimentarse bien significa que no vas a estar con sobrepeso o no tiene nada que ver?

Sirve para estar sano. Perder peso depende de otros factores. De hecho, yo tengo gente en la consulta que no pierde peso y come muy bien. Pero quizá es porque no hacen el suficiente ejercicio o toman una medicación determinada, duermen mal, tienen mucho estrés… Hay muchas cosas que influyen. También puede ser que no pierdan peso porque su genética no se lo permite.

Hemos demonizado al azúcar.

Totalmente. Pero deberíamos demonizar al producto azucarado. ¿Tú abres un sobre de azúcar y te lo tomas cuando quieres algo dulce? Yo no. A mí me apetece algo que lleve azúcar, pero no azúcar pura.

"Deberíamos demonizar al producto azucarado"

¿Y qué opina de los tres venenos blancos de la alimentación: azúcar, arroz y harina?

El azúcar y la harina se incluyen en productos que son superfluos y que no tienen ningún interés. ¿El arroz? Lo sacaría de ese trío maligno. Se ha demonizado, pero cómo se ha hecho con todos los carbohidratos. Se dice que una persona es obesa porque toma hidratos. Se ha investigado por activa y por pasiva y demonizar alimentos porque lleven un carbohidrato no tiene sentido.

 Hablemos del zumo de naranja. Ha pasado de ser de lo mejor a lo muy poco sano. Antes te prevenía de la gripe, del catarro, era un antioxidante… Lo hemos tomado por litros. Ahora usted dice que es tan sano como un refresco industrial.

Mucha gente lo toma porque quiere tomar vitamina C. Es una buena fuente de esta vitamina pero lo es a costa de meter 50 o 60 gramos de azúcar de forma líquida todas las mañanas. La vitamina C la puedes obtener de muchos alimentos que no llevan esa bomba de azúcar. Es como decir, voy a fumar porque me eleva el metabolismo y así no engordo. Pero el efecto negativo del tabaco es mucho peor que el de engordar.

¿Dormir mal engorda?

Sí. Al día siguiente comes más, tomas peores alimentos, te mueves muchísimo menos, se desregula el metabolismo y eres mucho más propenso a retener grasas corporales que cuando duermes bien.

Se dice que el picante activa el metabolismo.

Se activa un poco y también reduce un poco la ingesta de alimentos. Cuando las cosas pican no comes mucho. Pero no tiene un aspecto clínicamente reconocido que el picante sirva para adelgazar. 

¿Una copa de vino?

Ni en la comida, ni en la cena, ni entre horas. 

¡Vaya!

Con el alcohol se ha comprobado que desde la primera gota va a haber efectos negativos. Otra cosa es que lo quieras tomar y las cantidades que tomes. En ningún caso es saludable. Es cierto que es un vasodilatador, ese es un aspecto que podríamos considerar saludable, pero tiene otros treinta que son muy negativos.

¿También nos va a condenar el chocolate?

Depende del chocolate del que estemos hablando. Si me dices chocolate con leche o chocolate blanco, ya te digo que ninguno de los dos es bueno. Si hablamos de chocolate negro con altos índices de cacao, entonces sí te digo que puede tener aspectos positivos. ¿Qué te parece?

Que es usted un tanto destroyer. Todo lo que nos gusta o gusta a la mayoría tiene asteriscos en rojo.

Siempre puede haber pequeñas licencias, el muy de vez en cuando se puede con esto o aquello. Pero si hablamos de alimentación habitual hay que ser más cuidadoso. No te estoy diciendo que comas solo fruta, verduras, pollo y agua.

Es un alivio.

Tenemos que empezar a quitar muchos hábitos de comida basura. Tenemos que entrar en la cocina y guisar. Estaremos mucho mejor.