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Televisión

¿Qué fue de Tony Isbert?

Pertenece a una de las familias más importantes del mundo del teatro y del cine. El fundador de la saga fue su abuelo, José Isbert, protagonista de películas que son historia del cine. Su madre, María Isbert, también está considerada como una de las grandes actrices españolas.

¿Qué fue de Tony Isbert?

Tony Isbert (Madrid, 1950) siempre ha dicho que él nació predestinado a convertirse en carne de escenario, por aquello de que de casta le viene al galgo. Y es que Isbert es mucho apellido. Su nombre real es Antonio José Spitzer Ysbert, pero él lo acortó para que fuera más comercial en el mundillo artístico. Es un hombre más de cine y teatro que de televisión cuya carrera ha sido estable, sin grandes altibajos, y ahora se mantiene entre el anonimato que le da el retiro de la profesión y la fama y la popularidad que le otorga un apellido de éxito familiar.

Entre sus logros no hay grandes personajes, ni tampoco papeles de relumbrón, aunque se debe señalar que se posicionó muy bien con su segunda película estrenada en 1968, ¿Es usted mi padre? Dos años antes había debutado como actor de teatro con la obra Un drama en el quinto pino, texto que fue convertido en película en 1971 y él fue el encargado de protagonizarla.

Durante los años 70 y parte de los 80, Tony Isbert ejerció de galán tanto en lo profesional como en lo personal. Siempre ha tenido un físico agradecido y muy buen carácter. Se le adjudicaron las novias necesarias para mantener el interés a pesar de llevar una vida sumamente discreta. 

Su procedencia era de familia numerosa, seis hermanos, y él fue el que más destacó. Siempre al lado de su madre, María, su fama se disparó cuando trabajó como protagonista con Marisol en Carola de día, Carola de noche.

Su paso por televisión fue mucho más moderado, aunque tuvo cierto brillo en la serie de Ana Diosdado Anillos de oro, la producción por la que más se le recuerda. Tras esta historia, su nombre apareció en otras cinco más: Tío Willy, Teresa de Jesús, Proceso a Mariana Pineda, Nada es para siempre y Guardianes del temple.

La primera década de los 2000 fue marcando el final laboral de este actor. La intensa actividad cinematográfica de los años 70 y los 80 ya no era tal y su película más destacada del siglo XXI es La ciudad de los prodigios, basada en el libro homónimo de Eduardo Mendoza, estrenada en 2000. A esta le han seguido El monstruo y El cura y el veneno

En teatro, las últimas referencias suyas se sitúan entre los años 2006 y 2008 con tres representaciones: Violines y trompetas, Esta noche no hay cine y Esta noche hay que matar a Franco. Eso sí, tiene una cita anual con el mundo de los escenarios por ser él quien entrega anualmente el Premio José Isbert de Teatro que otorga la Asociación AMITE (Asociación de Amigos de los Teatros de España), pero se ha quedado fuera de cámara.