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Viento en popa para Trump

Trump no da muestras de buscar la paz con quienes le han criticado y perseguido en su primer mandato, por importantes sean que tales rivales

Viento en popa para TrumpE. PRESS

SE hace difícil de creer en otras latitudes, pero el presidente norteamericano Donald Trump parece tener viento de popa a los dos meses de empezar su mandato, con buenos índices de popularidad y el deseo de compromiso por parte de sus enemigos políticos.

Su popularidad sigue en niveles más altos de los registrados en su primer mandato de hace 8 años: Aunque ha bajado desde el 20 de enero cuando juró su cargo y rozaba el 60%, sigue alta con un 52%, mientras que sus rivales parecen paralizados y más preocupados por congraciarse con él.

La razón principal de esta actitud es el temor a sus represalias, lo que ha llevado a universidades progresistas y a empresas que trabajaron contra él en su primer mandato de hace 8 años atrás, a buscar una manera de congraciarse.

Así, por ejemplo, un gran bufete de abogados que aceptó presentar causas contra Trump en su primer mandato, ha llegado a un acuerdo para destinar 40 millones de dólares en honorarios no cobrados a proyectos que Trump favorece.

Mientras que algunas universidades, como Columbia, han plegado velas en su criticismo y manifestaciones anti-Trump y prometen ahora aplicar medidas favorecidas por el presidente, seguramente para mantener los subsidios del gobierno que les permiten sobrevivir.

Por el momento, Trump no da muestras de buscar la paz con quienes le han criticado y perseguido en su primer mandato, por importantes que tales rivales sean.

Así, por ejemplo, ha ordenado eliminar la protección personal de seguridad del Servicio Secreto a figuras públicas tan conocidas como Hillary Clinton o la familia Biden, aunque la señora Clinton seguramente podría mantenerla en virtud de ser la esposa de un expresidente, pues la Constitución se la garantiza de por vida, a los expresidentes y sus cónyuges.

Es una situación que parece producir tal euforia en Trump y su equipo, que aumenta diariamente sus demandas. El último ejemplo se aplica a Elon Musk, el encargado de recortar puestos de gobierno en aras de la “Eficiencia Gubernamental” y cuyas instalaciones sufrieron ataques y daños: Trump, no solo sugiere la condena que han de recibir los autores del atentado (20 años), sino que incluso quiere mandarlos a la cárcel en El Salvador, donde las condiciones penitenciarias son especialmente duras.

Semejante medida podría chocar, sino con la opinión pública, con los magistrados del Tribunal Supremo, a pesar de que a varios los nombrara Trump.

Con cargos vitalicios al margen de quien gobierne, los 9 magistrados pueden defender las leyes del país mejor que los legisladores que las pusieron en vigor, pero un pulso entre el Supremo y Trump probablemente perjudicaría al presidente más que a los magistrados.