Las autoridades rusas ordenaron ayer la evacuación obligatoria de las localidades fronterizas con Ucrania en otros dos distritos de Kursk, en medio de la contraofensiva rusa para expulsar a las tropas enemigas de la región. El gobernador, Alexéi Smirnov, explicó en Telegram que se trata de las localidades que se encuentren en las inmediaciones de la línea fronteriza a lo largo de una franja de 15 kilómetros.
La decisión se tomó con el fin de garantizar la seguridad de los residentes en las zonas fronterizas de los distritos de Rilsk y Jomutovski, que se encuentran a escasos kilómetros de la zona de combate. “Estimados conciudadanos, les pido que muestren comprensión con la situación actual y sigan todas las recomendaciones de las autoridades y los órganos de seguridad”, escribió el gobernador.
De la evacuación se encargarán tanto las autoridades locales como las fuerzas de seguridad y voluntarios del centro Patriot.
El ejército ruso aseguró haber liberado dos localidades más en Kursk, una de ellas cerca de Sudzha, el principal bastión ucraniano en la región fronteriza rusa. Según el Ministerio de Defensa de Rusia, la agrupación militar Séver recuperó el control sobre el pequeño pueblo de Borki, unos 14 kilómetros al sureste de Sudzha.
Además, las tropas rusas liberaron también la aldea de Uspenovka, que se encuentra en la misma frontera con Ucrania, al sur de Snagost, puesto fortificado recuperado la semana pasada por Moscú.
El Ejército ruso lanzó la pasada semana una contraofensiva para expulsar a las tropas ucranianas de Kursk, que comparte varios cientos de kilómetros de frontera con el vecino país. Según Defensa, las tropas rusas han recuperado doce localidades, aunque Kiev continúa lanzando contraataques para evitar que Moscú cree una franja de seguridad en el norte del país, concretamente en las regiones de Járkov y Sumi.
El estadounidense Instituto para el Estudio de la Guerra mantiene que Moscú tendrá que concentrar más fuerzas en la zona si quiere recuperar el control de toda la frontera.
Más soldados
Por su parte, el presidente ruso, Vladímir Putin, decretó ayer que el Ejército tenga 1,5 millones de soldados para el 1 de diciembre, 180.000 más que ahora, la tercera vez que toma una decisión de ese tipo desde el comienzo de la guerra en Ucrania. Como resultado, las Fuerzas Armadas contarán con 2,38 millones de efectivos, incluido el personal administrativo, precisa el decreto. Putin ordenó al Gobierno asignar dinero del presupuesto para hacer efectivo dicho incremento.
Este decreto sustituye al que el jefe del Kremlin firmó en diciembre de 2023, cuando aumentó el número de soldados en 170.000 hombres. Desde agosto de 2022, cuando los ucranianos comenzaron a recuperar terreno, el ejército ruso ha pasado de 1,9 millones a los 2,4 millones de que tendrá el 1 de diciembre.