A horas del inicio del ramadán, el mes más sagrado del calendario religioso islámico y la fecha marcada por las partes para alcanzar una tregua en la Franja de Gaza, crecen tanto la urgencia para llegar a un pacto como las incertidumbres sobre si será posible. Las reuniones que se celebraron esta semana en El Cairo entre delegados de Hamás y los mediadores de Catar, Estados Unidos y Egipto –Israel estuvo ausente– concluyeron el jueves, y todos regresaron a realizar consultas para destrabar la situación.

Se espera que el diálogo se retome mañana, el primer día de la semana en Egipto y también con toda probabilidad el último día antes de ramadán, cuya fecha, que depende de los ciclos lunares, aún no ha sido anunciada oficialmente.

Durante los encuentros de El Cairo, el tono relativamente optimista se fue trocando en posiciones más sombrías, que han llevado a decir que estas cerraron en un “peligroso punto de inflexión” que pone en peligro alcanzar un acuerdo final”, indicaron fuentes palestinas.

Listas y exigencias

Israel rehusó acudir a El Cairo debido a que Hamás o no puede o no quiere entregar un listado de los rehenes que aún permanecen con vida, una de sus exigencias antes de sentarse a negociar. De las 253 personas que Hamás secuestró el 7 de octubre, quedan dentro de la Franja unas 130. La inteligencia israelí ha confirmado la muerte de un treintena, pero el grupo islamista eleva a más de 70 los rehenes muertos en cautiverio por “los bombardeos sionistas”.

Hamás sostiene que no puede entregar una lista exhaustiva de rehenes debido a que algunos están en poder de la Yihad Islámica, que actúa de forma independiente. Egipto invitó a representantes de la Yihad a El Cairo para aclarar este punto, pero eso no parece haber resuelto la cuestión.

También hay diferencias sobre la retirada de las tropas israelíes del territorio palestino en una hipotética segunda fase de la tregua. Israel se ha negado en rotundo a esa retirada e insiste en completar su ofensiva terrestre hasta Rafah, donde dice que quedan cuatro batallones de Hamás, y donde hay casi 1,5 millones de civiles desplazados.

Tanto Israel como Hamás se reprochan mutuamente la falta de avances y señalan que la pelota está en el tejado de la otra parte, sin que haya habido sin embargo comunicaciones oficiales al respecto.

Las comunicaciones al exterior se han producido fundamentalmente con filtraciones y comentarios a medios, de difícil valoración ya que pueden ser tanto mensajes honestos o intentos para presionar en las negociaciones.

También desde el exterior los países mediadores han buscado influir en las partes, entre otras cosas con la urgencia para llegar a un pacto que permita un ramadán en paz.

Ramadán es un mes sagrado para el mundo islámico y una tregua en estas fechas sería interpretado como un gesto muy apreciado de buena voluntad. Mantener el conflicto activo en estas fechas puede facilitar que cualquier otro nuevo incidente, por menor que sea, pueda encender un nuevo foco de conflicto, incluso en el interior de Israel.