Benjamín Netanyahu defendió este lunes su estrategia de mantener la presión militar sobre Gaza como vía para la liberación de los rehenes, después de que el Ejército de Israel lograra liberar a dos cautivos en una operación en Rafah.

"Saludo a nuestros valientes guerreros por la audaz acción que condujo a la liberación" de los dos rehenes, dijo el primer ministro israelí. "Solo la continuación de la presión militar, hasta la victoria completa, dará como resultado la liberación de nuestros secuestrados", agregó el mandatario en un comunicado. 

Nueva masacre

El grupo islamista Hamás acusó este lunes a Israel de haber cometido una "masacre contra civiles desarmados" en Rafah, en el extremo meridional de la Franja de Gaza donde hay más de un millón de gazatíes desplazados, durante la operación de rescate esta madrugada de dos rehenes israelíes.

"El ataque perpetrado esta noche por el ejército de ocupación nazi en Rafah y sus horrendas masacres contra civiles desarmados, incluidos niños, mujeres y ancianos desplazados, que hasta ahora ha causado más de 100 mártires, es una continuación del genocidio y intentos de desplazamiento forzado contra nuestro pueblo palestino", indicó el grupo islamista en un comunicado.

Fuentes médicas palestinas informaron previamente de una cincuentena de muertos durante el operativo, aunque también señalaron que la cifra puede aumentar en las próximas horas mientras se rescatan cuerpos de los escombros tras los intensos bombardeos israelíes.

Rehenes

Las fuerzas israelíes rescataron esta madrugada en Rafah a dos rehenes, Fernando Simón Marman, de 60 años, y Norberto Louis Har, de 70, ambos secuestrados en el kibutz Nir Yitzhak el 7 de octubre; aunque todavía quedan dentro 130 cautivos, alrededor de una treintena muertos.

El portavoz del Ejército israelí, Daniel Hagari, indicó que la operación de rescate en un edificio en el corazón de Rafah se llevó a cabo con el apoyo de una "intensa potencia de fuego" de la Fuerza Aérea; y que murieron cerca unos cincuenta "terroristas", sin bajas en las filas israelíes.

Hamás denunció la "profundización del genocidio" en Rafah, dadas las "trágicas condiciones" en las que viven 1,4 millones de gazatíes -más de un millón de ellos desplazados- en esa ciudad, cuyas "calles se han convertido en campos de refugiados que viven en condiciones extremadamente difíciles y duras sin sus necesidades más básicas cubiertas".

El primer ministro, Benjamín Netanyahu, anunció el fin de semana un plan para ampliar la ofensiva militar terrestre en Rafah -donde alega que quedan aún cuatro batallones de Hamás-, aunque prometió evacuar antes a los civiles, algo difícil en un enclave totalmente devastado y con sus fronteras blindadas.

"El gobierno terrorista de Netanyahu y su ejército nazi ignoran descaradamente las decisiones de la Corte Internacional de Justicia emitidas hace dos semanas, que prescribieron medidas urgentes, incluida la detención de cualquier paso que pudiera considerarse acto de genocidio", afirmó Hamás, que gobierna de facto la Franja desde 2007.

Hamás, que cometió el pasado 7 de octubre el ataque el suelo israelí que dejó más de 1.200 muertos y 250 secuestrados, pidió a la administración estadounidense de Biden; al Consejo de Seguridad de la ONU; a la Liga Árabe; y a la Organización de Cooperación Islámica tomar medidas "inmediatas y serias para detener la agresión sionista".