Varios grupos de la oposición política y militar siria se reunieron este fin de semana en Ginebra para conciliar sus posiciones, buscar la unidad y pedir el reinicio de negociaciones políticas con el régimen de Bashar Al Assad, que ha sido recientemente readmitido en la Liga Árabe, en un gesto inédito de reconocimiento internacional desde el inicio de la guerra civil en 2011.

El Alto Comité Sirio de Negociaciones (SNC) convocó a esta reunión a representantes de siete distintos grupos de la oposición armada que se encuentra en Siria y de grupos políticos exiliados que representan diversas confesiones religiosas.

Los participantes se reunieron con diplomáticos de Turquía, Egipto y varios países occidentales, así como con el enviado especial de la ONU para Siria, Geir Pedersen.

El SNC es una coalición reconocida internacionalmente y que sido el interlocutor por parte de la oposición en las negociaciones con el Gobierno sirio, que están interrumpidas desde 2019 (en parte por la pandemia), pero que no habían dado ningún resultado positivo durante los dos años anteriores en que se desarrollaron.

En una rueda de prensa, el presidente del SNC, Bader Jamous, dijo este domingo que la ONU está intentando que las negociaciones se reanuden y aseguró que la oposición tiene voluntad de participar, sin mencionar precondiciones para ello, como ocurría en el pasado, ni tampoco aludir a la necesidad de que Assad abandone el poder.

Jamous agregó que el Gobierno sirio debe volver a la mesa de negociaciones con seriedad y voluntad de avanzar en el cumplimiento de una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que data de 2015 y que plantea una transición política en Siria, con una nueva Constitución y la celebración de elecciones libres.

Según el líder opositor, el interés de Al Assad en una negociación política reside en el hecho de que sólo controla el 60% del territorio del país, mientras que el resto está en manos de la oposición siria o de fuerza kurdo-sirias, que también está representadas en la SNC.

En términos de población -agregó- solo la mitad de la población siria vive en territorio bajo control gubernamental, donde la situación socio-económica es muy mala.

Según Jamous, sólo una solución política al conflicto armado que se mantiene activo -aunque de manera mucho más localizada que en el pasado- puede devolver la estabilidad a Siria, impulsar su reconstrucción y hacer posible el retorno de millones de refugiados que abandonaron el país en guerra.

Para ello, mencionó que los temas más urgentes a resolver son la liberación de los prisioneros políticos, las sanciones contra aquellos que han cometidos graves crímenes y el inicio de un proceso de reconciliación nacional.