La presidenta de Perú, Dina Boluarte, ha destituido a su primer ministro, Pedro Angulo, en el marco de la crisis política del país, que se ha saldado por el momento con la muerte de 25 ciudadanos. La mandataria cambiará al premier del país, que lleva en el poder diez días, como parte de una reestructuración del gabinete. Boluarte busca un Ejecutivo que conozca la parte técnica, pero que sea “un poco más político para poder enfrentar” los descontentos sociales “y tender los puentes de diálogo”.

Mientras, los familiares de los fallecidos en Perú se unen en un clamor: Justicia. “Justicia, nosotros solo queremos justicia”. Esa es la frase que más se ha repetido a lo largo del fin de semana en la localidad peruana de Ayacucho, donde nueve personas han fallecido durante las protestas y en la que ayer, tras varias jornadas de incertidumbre, el gobierno ha decretado un toque de queda nocturno.

Ayacucho se convirtió el pasado jueves en uno de los epicentros de las protestas cuando un grupo de ciudadanos trató de asaltar el aeropuerto Alfredo Mendívil Duarte y fueron repelidos por los militares allí apostados. Según distintos vídeos que se difundieron posteriormente en redes sociales, los militares abrieron fuego contra los manifestantes, quienes habían entrado a la pista de aterrizaje por diferentes frentes.

Por su parte, el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas de Perú justificó ayer que el uso de la fuerza para sofocar las protestas en Ayacucho (sur), y que derivó en nueve muertos y una decena de heridos, se produjo como consecuencia de los ataques sufridos por parte de “malos peruanos” . “Hemos sufrido ataques tanto la Policía Nacional como las Fuerzas Armadas de parte de estos malos peruanos”, dijo el jefe del Comando Central, el general Manuel Gómez de la Torre.

“Nos hemos mantenido firmes ante esta amenaza a nuestra seguridad nacional, hemos venido recuperando paulatinamente la normalidad en nuestras carreteras, en nuestros aeropuertos, en nuestras ciudades”, recalcó Gómez de la Torre.