Bilbao - Por lo general, se da por finalizado el periodo que conforma la Guerra Fría a partir de tres hechos históricos: el inicio de la Perestroika (1985), la caída del muro de Berlín (1989) y el golpe de Estado en la URSS (1991). Sin embargo, según Santiago Castillo, director del periódico on line Asia Northeast y experto en las relaciones internacionales del nordeste asiático, esta sigue vigente en el área que rodea a Corea del Norte. “Con la dinastía de los Kim, Pyongyang mantiene una tensión y una ansiedad en la zona sin precedentes”. Después de todo, tras más de 70 años, Corea del Norte todavía continúa en “guerra técnica”. Ante este panorama, Castillo analiza cuáles han sido los propósitos de Kim Jong-un para realizar esta prueba y la repercusión que esta tendrá en la zona.
¿Cuál es la estrategia que está siguiendo Kim Jong-un y por qué prueba la bomba ahora, cuando comentó en el discurso de fin de año que pretendía acercar las relaciones con Corea del Sur?
-Hay diferentes motivos. Uno de ellos sería ganar relevancia a nivel internacional. Sin lugar a dudas ha ganado la guerra de la propaganda, pues ha conseguido reforzar su régimen haciendo que todo el mundo esté pendiente de su país. Otro, que esta prueba también ayuda a Kim Jong-un a mitigar cualquier mínima sublevación y a mantener al pueblo norcoreano callado y sumiso mediante un lavado de cerebro que es un anacronismo en el siglo XXI. Y por otra parte, aunque muy importante, esta forma parte de un intento de Corea del Norte para conversar con Estados Unidos y negociar un tratado de paz.
¿Por qué con Estados Unidos?
-Porque Kim Jong-un no reconoce a Corea del Sur. Lo considera como un territorio colonizado por Estados Unidos. Sin embargo, Estados Unidos no negociará con Corea del Norte el tratado de paz, ya que esto supondría aceptar de facto el hecho de que existen dos Coreas que están divididas desde la Segunda Guerra Mundial, antes de la guerra civil.
¿Qué sucederá ahora?
-Lo mismo de siempre. El escenario futuro es el siguiente: la ONU se reúne, sanciones, China protesta, el mundo se queja, tres meses hablando de Kim Jong-un, vuelven a conversar las dos Coreas y, cuando se vaya a llegar a una solución, Pyongyang hará otra cosa rara y todo quedará paralizado. La única manera de solucionar la escalada nuclear de Kim Jong-un es mediante la negociación y, concretamente, mediante la negociación a seis bandas entre las dos Coreas, China, Japón, Estados Unidos y Rusia.
Pese a las sanciones de mano de la ONU, ¿cree que esta jugada le saldrá beneficiosa a Corea del Norte en lo que respecta a firmar acuerdos internacionales como el ya mencionado?
-Todo lo contrario: ha jugado con demasiada fuerza y ahora la comunidad internacional le impondrá sanciones mucho más fuertes. Las anteriores no dieron resultado y por eso serán más estrictos. Aunque la clave en todo este entramado es China.
¿Por qué?
-Corea del Norte, haga lo que haga, pasa siempre por China, porque es China quien le mantiene. Sin embargo, Xi Jinping está cansado de Kim Jong-un, porque se trata de un vecino molesto que causa gran inestabilidad en la zona, cuando Pekín busca precisamente lo contrario; y más celebrándose este año en su país la cumbre del G20. Pero aun así, aunque respalde medidas sancionadoras más fuertes, es improbable que China deje de respaldar a Corea del Norte, puesto que junto con Vietnam son los únicos países comunistas con los que cuenta en la zona. Pero eso no significa que no le moleste que de todo el dinero que le da a Corea del Norte Kim Jong-un destine el 90% a fabricar armamento en vez de a alimentar a su pueblo.
Más allá de China, ¿cómo va a afectar esta prueba a perfilar las relaciones entre estos países?
-Por una parte, se va reforzar mucho el triángulo entre Seúl, Tokio y Washington. Esto llevará a una mayor presencia de armamento por parte de Japón y Corea del Sur, que se han rearmado de manera bastante considerable en los últimos años. Lo cual, a su vez, aumentará la tensión no solo entre estos países y Corea del Norte, sino también entre Japón y China. De hecho, ya ha habido ciertos enfrentamientos y Estados Unidos ha apoyado a Japón.
¿Y entre Seúl y Pyongyang?
-Como respuesta a la prueba, Corea del Sur ha puesto en marcha de nuevo los altavoces en la zona fronteriza para emitir propaganda. Esto es algo que molesta mucho a Kim Jong-un. Pero cualquier acción nuclear o militar por su parte queda descartada. Primero, porque Pyongyang no tiene medios suficientes y, pese al gran desarrollo que demuestra esta nueva prueba nuclear, sabe que su régimen desaparecería. Y segundo, porque aunque Seúl sí que tenga los medios para tomar Corea del Norte, de intentarlo, China entraría en juego en defensa de Pyongyang -si bien también mantiene muy buenas relaciones con Corea del Sur- y habría una reacción en cadena que se extendería por todo el mundo.
¿Cuál es entonces la perspectiva de futuro?
-En mi opinión, y salvo que Kim Jong-un realice cambios, el régimen norcoreano no va a durar más de diez años. Es el país más hermético del mundo, pero cada vez lo tienen más difícil para controlar los sistemas de redes sociales, la información, etc. Y esta prueba es verdad que va a traer más consecuencias que las anteriores, sobre todo a nivel internacional, pero en realidad no van a cambiar mucho las cosas salvo que Pekín se ponga firme con Pyongyang.