buenos Aires - Seis meses después de su muerte, la Justicia argentina aún no ha podido determinar si el fiscal Alberto Nisman, encontrado con un tiro en la cabeza el pasado 18 de enero, se suicidó o fue asesinado después de denunciar a la presidenta Cristina Fernández por encubrimiento a terroristas. “Tanto mi hermana como yo les pedimos que nos acompañen y ayuden a encontrar la verdad sobre lo que le pasó a mi papá”, pidió Iara Nisman, una de las hijas del fiscal, en un mensaje leído el viernes durante el homenaje a las víctimas del atentado contra la mutualista judía AMIA, que dejó 85 muertos en 1994.

Una petición secundada por la comunidad judía, que considera que Nisman se ha convertido en una víctima más del ataque contra la AMIA que el fiscal investigó durante la última década y que se atribuye al grupo chií libanés Hizbulá, aliado de Irán. Mientras se multiplican las reclamaciones para llegar a conocer la verdad, la Justicia argentina analiza pruebas y pide nuevas investigaciones sin llegar aún a conclusiones sobre las circunstancias de una muerte que conmocionó a Argentina y provocó una crisis institucional. El fiscal sostenía que la presidenta argentina estaba al tanto de un plan para encubrir a los terroristas. - Efe