aurora. Dos días después de la masacre en el cine en Aurora, y ya conocidas las identidades de los 12 muertos y del presunto atacante, la población del estado de Colorado se centra ahora en recuperar la rutina quebrada a través de la solidaridad y la reflexión. Ayer, el presidente estadounidense, Barack Obama, visitó brevemente Aurora para reunirse con las autoridades locales y reconfortar a familiares de las víctimas: 12 fallecidos y más de medio centenar de heridos.
Por la noche, los residentes de Aurora se reunieron en una vigilia a la luz de velas y altares improvisados cerca del centro municipal para recordar a los muertos, gran parte de ellos en la veintena, aunque la lista también incluye una niña de 6 años y un padre de familia de 51 años.
El gobernador de Colorado, John Hickenlooper, anunció ayer que el gobierno local destinará inicialmente 200.000 dólares para cubrir ciertos gastos de representación legal de las víctimas o de sus familiares. Hickenlooper también pidió que los residentes hagan donaciones a los hospitales para ayudar a pagar el costo de los tratamientos médicos de los heridos en el tiroteo, ocurrido en la madrugada del pasado viernes, que mantiene a siete personas en estado grave. Esas acciones, sostuvo el mandatario estatal, permitirán "superar el sentimiento de ira" que en un primer momento dominó a Colorado.