Geert Wilders vuelve a hacer de las suyas. El político ultraderechista y xenófobo holandés, que mantiene una cruzada permanente contra el Islam y los musulmanes, tiene un nuevo objetivo contra el que disparar toda su inquina: los ciudadanos procedentes de Europa del este y especialmente polacos, búlgaros y rumanos. Contra ellos se dirige en una nueva página web lanzada el pasado miércoles en la que pide a sus vecinos holandeses que denuncien las molestias causadas por estos colectivos de inmigrantes. "¿Ha perdido su trabajo por un polaco, un búlgaro, un rumano u otro procedente de Europa central o del este? Queremos que nos lo cuente", preguntan.

Según relata el diario holandés Volkskrant, en dos días la iniciativa de Wilders ha recibido más de 14.000 quejas lo que desde el Partido de la Libertad (PVV) consideran un señal de la necesidad de crear un espacio de este tipo. La página web estima entre 200.000 y 350.000 la población de inmigrantes procedentes de estos países que viven en Holanda. Lo que pide ahora este político populista a sus conciudadanos es que denuncien si causan molestias, si contaminan, si provocan problemas de convivencia o si simplemente consideran que les quitan el trabajo. Detrás de la iniciativa se encuentra la campaña del PVV, el tercer partido más importante en el país, contra la apertura del mercado laboral a los ciudadanos de Bulgaria y Rumanía. Holanda es uno de los nueve Estados miembros que lo mantienen cerrado y quieren mantener las restricciones todo el tiempo que sea posible, previsiblemente hasta finales de 2013.

intolerancia Tanto Varsovia como Bucarest y Sofía han reaccionado con dureza expresando su malestar por una campaña que tachan de discriminatoria. "El ministerio de Exteriores búlgaro considera que es inaceptable que un socio fundador de la UE como es Holanda tolere la incitación al odio, la discriminación y la xenofobia que va contra la Carta de los derechos fundamentales de la UE", ha advertido la portavoz del ministerio de exteriores búlgaro, Vessela Tcherneva. Las embajada polaca en Holanda -donde viven más de 100.000 polacos- examina la legalidad de este sitio web por si pudiera violar las legislación que protege de la discriminación. La Comisión Europea advirtió ayer que ideas como estas extienden la intolerancia y van contra los principios europeos. "Los ciudadanos de los 27 deberían sentirse como en casa en el lugar donde decidan ir", advirtió ayer la vicepresidenta y responsable de justicia, Viviane Reding. Quien no quiso condenar la iniciativa fue el primer ministro holandés, Mark Rutte, en cuyo gobierno de coalición se sienta Wilders. Según Rutte el acuerdo que les une al PVV se basa únicamente en cuestiones económicas y de inmigración y no en temas como este que considera europeo.