Rabat. Miles de manifestantes respondieron ayer en Rabat a la convocatoria de los principales sindicatos marroquíes, con apoyo del Movimiento 20 de Febrero, pese a las recientes medidas que ha tomado el Gobierno para mejorar la situación de los trabajadores. Los manifestantes, que se organizaron por grupos gremiales, se desplazaron en una marcha pacífica desde la céntrica plaza de Bab el Had, cruzaron la avenida principal de Rabat, Mohamed V, y finalizaron la protesta cerca de la sede del primer ministro.
Las centrales sindicales levantaron una pancarta común en la que condenaron el atentado de Marrakech que costó la vida a 16 personas, mientras que algunos participantes gritaron consignas en las que pidieron cambios políticos como, por ejemplo, la dimisión del primer ministro, Abás el Fasi. También rechazaron la comisión que se encargará de la reforma constitucional anunciada por el rey Mohamed VI porque "no está elegida por el pueblo".
Los afiliados de la Unión General del Trabajo en Marruecos, cercana al partido gobernante Istiqlal, participaron en la marcha junto a miembros de las otras centrales en el país, pese al acuerdo que han firmado esta semana con el primer ministro y que entraba en vigor ayer para mejorar la situación laboral de los trabajadores. Este acuerdo firmado el pasado martes permite, entre otras cosas, un aumento de los sueldos de los funcionarios de 600 dirham (50 euros), además de la subida de la pensión mínima de jubilación de 600 a 1.000 dirham (más de 85 euros). Además de los sindicatos, el Movimiento 20 de Febrero, organizador de las marchas pro democracia, participó también en esta marcha, en la que por primera vez mostró su apoyo explícito a la clase obrera. "Hemos salido para apoyar a los trabajadores, que forman parte importante de nuestras bases populares", dijo Nizar Benamat, uno de los dirigentes de este movimiento.