LA Iglesia copta fue fundada en Egipto en el siglo I. Según la tradición, tiene su origen en las prédicas de San Marcos, autor del Segundo Evangelio del siglo I, que llevó el cristianismo a Egipto en la época del emperador Neón. Los primeros cristianos en Egipto eran principalmente Judíos de Alejandría. Cuando la iglesia fue fundada por San Marcos, durante la época del emperador romano, un gran número de egipcios, a diferencia de los griegos y los judíos, abrazó la fe cristiana y esta se extendió por todo Egipto en unas pocas décadas.
La Iglesia copta tiene su propio papa, Shenouda III, que vive en El Cairo y es el patriarca 117 de la predicación de San Marcos. Se estima que hay 65 millones de coptos en el mundo repartidos entre Egipto (7,5 millones), Sudán, Etiopía (51,5 millones) y Eritrea (2 millones), siendo la religión mayoritaria en los dos últimos países. Los coptos están organizados en tres patriarcados: el de Alejandría, el de Eritrea y el de Etiopía. En Egipto, los practicantes de esta religión, que representan alrededor del 10% de la población total, se sienten a menudo discriminados, sobre todo en cuestiones como el acceso al trabajo, aunque están muy asentados en sectores económicos comerciales y artesanales como la joyería.
Históricamente, la minoría copta de Egipto ha sido respetada y los episodios de violencia con la mayoría musulmana han surgido de manera escasa y esporádica durante los últimos años. El papa copto ha sufrido también persecución a raíz del aumento de la actividad de los fundamentalistas islámicos desde finales de los años 70. Asimismo, entre 1981 y 1985, Shenouda III fue recluido en arresto domiciliario en un monasterio del desierto, que se interpretó como una maniobra de presión por parte del Gobierno egipcio.