La controversia de los desfiles como detonante de la violencia política
el año pasado se celebraron un total de 3.800 desfiles en toda irlanda del norte
londres. Los desfiles son una parte importante de la cultura de Irlanda del Norte. La mayoría se celebra durante el verano y están organizados por grupos protestantes, unionistas o lealistas, pero también los hay liderados por republicanos o por entidades apolíticas. El año pasado se celebraron 3.800 y, aunque la mayoría transcurre sin problemas, algunos suelen provocar disturbios por pasar por barrios tradicionalmente enemigos. Es el caso del desfile del 12 de julio de la Orden de Orange, que conmemora la batalla de Boyne de 1690, la contienda que ayudó a mantener la supremacía protestante en la católica Irlanda y que esta semana algunos vecinos del barrio de Ardoyne, en Belfast, intentaron bloquear de nuevo sin éxito. Disidentes republicanos encontraron allí el caldo de cultivo perfecto para iniciar una batalla campal contra los orangistas que pasaban y los policías que vigilaban la zona.
Para solucionar el problema de los desfiles se creó en 1998 dentro de la "Ley de Procesiones Públicas" una comisión independiente con poder cambiar rutas o para imponer restricciones, como el número de participantes. Pero lo que es crucial, según uno de sus portavoces, Carl Whyte, es que este organismo, "no puede prohibir un desfile" porque la legislación norirlandesa contempla el derecho de sus ciudadanos a desfilar. La labor de la comisión no es fácil porque hay algunos, como los que pasan por Ardoyne, que "la propia geografía de la capital norirlandesa impide que la ruta pueda modificarse", aseguró el catedrático de la Queen"s University de Belfast, Dominic Bryan.
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