BRUSELAS. Los liberales flamencos del partido Open-VLD, el socio más fuerte en la coalición de gobierno federal de Bélgica, decidieron hoy salir del gabinete presidido por segunda vez por el primer ministro democristiano, Yves Leterme, provocando así una nueva crisis de gobierno en el país.

El líder del Open-VLD, Alexander de Croo, aseguró en rueda de prensa que en estos momentos ya no puede "otorgar la confianza" al gabinete del primer ministro Leterme.

Bélgica asume, el próximo julio, la presidencia semestral rotativa de la UE. "Justamente por eso, y por la crisis económica que nos afecta, se trata de una situación gravísima. El Open-VLD ha actuado con una enorme irresponsabilidad", aseguró hoy el líder de los liberales, Didier Reynders.

Si el rey de los belgas acepta este mediodía la dimisión del gabinete Leterme-II (es la segunda vez que Leterme asume el gobierno), sería la constatación de un sonado fracaso para el político flamenco, que en cinco ocasiones ha tenido responsabilidades de gobierno y en todas ellas ha fracasado en sus propósitos.

Según la radio belga, Leterme ya ha salido en dirección al Palacio Real para "presentar su dimisión" al monarca de los belgas.

El problema de fondo de esta nueva crisis es el "dossier Bruselas-Hal-Vilvoorde", una barriada del norte de Bruselas, teóricamente bilingüe francés-flamenco, pero que los flamencos pretenden que se convierta en parte de Flandes, quitando derechos de voto a los francófonos.

El ex primer ministro belga Jean Luc Dehaene había sido encargado por el rey Alberto con el complejo "dossier BHV", pero el miércoles constató que era imposible llegar a un acuerdo.

El epicentro del terremoto político, que ejemplifica la aguda división entre flamencos (de habla holandesa, el 60 por ciento de la población, en el norte) y valones (de lengua francesa, el 40 por ciento, en el sur), es ese distrito, bautizado "BHV" y formado por 19 municipios que integran la "Región de Bruselas".

Con sus 120.000 habitantes valones, Bruselas-Hal-Vilvorde quedó en 2007 "anexionado" a Flandes y escindido traumáticamente de Bruselas.

El efecto más directo de esa medida de fuerza es que los valones de Bruselas-Hal-Vilvorde perderán su derecho a votar en las elecciones a los partidos francófonos.

Jean-Luc Dehaene, mediador nombrado por el rey, Alberto II, para intentar lograr un acuerdo entre esos dos hemisferios lingüísticos belgas tuvo que constatar la pasada noche el fracaso y con ello dio alas para que los liberales rompieran hoy la coalición.

Pero la virtual "guerra" de intereses entre flamencos y valones no se circunscribe sólo a la lengua. Desde hace un par de semanas ha alcanzado también el terreno inmobiliario.

Todo empezó hace quince días en cuatro distritos de la periferia norte de Bruselas, incluida "BHV", de mayoría lingüística flamenca (holandesa). Los alcaldes de esos municipios se pusieron de acuerdo para no vender propiedades a belgas francófonos y a nadie que no hable holandés.