El Forester va por libre. Transita a su aire al margen del camino trillado por la mayoría de modelos SUV. Ni su estampa de estilo americano ni su configuración responden al patrón que impera en la categoría hegemónica. Ahora, Subaru replantea esta propuesta de competente multiusos familiar adornándola con un envoltorio más sugestivo y acorde a la moda. En su sexta remesa, el Forester conserva el motor bóxer de gasolina (136 CV) asistido por un bloque eléctrico (17 CV), sistema de hibridación parcial que llega a rendir 153 CV; esa potencia se transfiere eficazmente a las cuatro ruedas con ayuda de una caja automática. Sale a la venta bien pertrechado, desde 40.400 € en adelante.
La última recreación aporta al singular modelo japonés una oportuna dosis de capacidad para seducir a la clientela atraída por los SUV de talla y clase medias. La evolución respeta la identidad estética y transforma la hechura conocida; confiere algo de esbeltez sin comprometer su porte robusto ni alterar el tamaño. El nuevo Forester es imperceptiblemente mayor. Gana tres centímetros de longitud (4,67 m) y uno y medio de anchura (1,83), pero mantiene la altura (1,73 m) y la distancia entre ejes (2,67 m). Estas proporciones propician que cuatro adultos crecidos viajen confortablemente acompañados de abundante equipaje (el maletero tiene 525 litros).
El nuevo diseño depara una apariencia más refinada y actual. Contribuye a ella la adopción de un poderoso semblante –parrilla, barra horizontal conectando los grupos ópticos led y paragolpes delantero integrando los antiniebla–, pasos de rueda abultados, rieles de carga en el techo, protecciones en los flancos y popa con portón realzado. Los reajustes formales no comprometen la desenvoltura fuera del pavimento del Forester, que se separa 22 cm del suelo y presenta buenos ángulos de ataque, ventral y salida. Puede que esta nueva apariencia ligeramente dulcificada lo asemeje a los SUV convencionales, pero pocos de ellos son capaces de emular las cualidades todoterreno del Subaru. Y ese es un factor determinante para algunas personas.
El Forester equipa una actualización del motor hibridado e-Boxer, que coordina la acción de un bloque de gasolina 2.0 de cuatro cilindros enfrentados y de otro auxiliar eléctrico, asistido por una batería de 0,6 kWh y acoplado a una transmisión automática de variación continua. El motor de gasolina entrega 136 caballos, que no pasan apuros para mover los 1.722 kg del coche gracias al apoyo de los 17 adicionales aportados por el bloque eléctrico (certifican 188 km/h de punta y 12,2 segundos de 0 a 100). Subaru suma ambos registros de potencia para mencionar un rendimiento final de 153 CV.
El conjunto impulsor se asocia a una tracción total permanente revisada, que incorpora una versión optimizada del sistema X-Mode. Cuenta con dos modos de conducción y ahora funciona cuando el vehículo avanza y también al ir marcha atrás; mejora la tracción sobre superficies de baja adherencia (nieve, grava suelta, arena o barro) e incluye un control de descenso que sujeta el vehículo al abordar declives muy pronunciados y/o deslizantes.
La combinación hace del Forester un automóvil desenvuelto y cumplidor. En especial, más allá del arcén, al mostrar impecables maneras en pista y algunas facultades trepadoras cuando la orografía se complica. Es un SUV cumplidor, perfecto para satisfacer las pretensiones de familias viajeras, sobre todo de las aficionadas a actividades de ocio en plena naturaleza o a la práctica de deportes de invierno. En carretera abierta demuestra pundonor y brinda reacciones suaves y previsibles, apostando antes por el confort de marcha que por un no menos grato aplomo en curva.
Sometido a una conducción alegre, el Forester hace que su sistema hibridado responda a los requerimientos del acelerador poniendo a trabajar conjuntamente el motor de combustión y el eléctrico, lo que se cobra un tributo en consumo (8.1 litros a los cien). Un manejo más relajado propicia una mayor participación del motor eléctrico, protagonista en situaciones de avance por inercia y al maniobrar.