EL Q8 e-tron es el resultado de la minuciosa revisión a la que Audi ha sometido el proyecto e-tron, su primer SUV eléctrico lanzado en 2018. Acompaña con una grata evolución estética, evidente de frente y de espalda, significativos progresos aerodinámicos y técnicos que optimizan su rendimiento, confiriendo más potencia y autonomía. Con ello, esta interpretación a batería del Q8 -también hay un Q8 con motores térmicos- se convierte en uno de los mejores candidatos SUV eléctricos al alcance de cualquiera que carezca de limitaciones financieras (parte de 84.610 euros).

El Q8 e-tron es un gran coche, en todos los sentidos, en el de la calidad y en el del tamaño (tiene 4,92 metros de largo, 1,94 de ancho, 1,63 de alto y 2,93 entre ejes). Por refinamiento, prestaciones y dotaciones, encaja en la zona noble de la plantilla Q de los aros. Este nutrido elenco presenta un estilo tan homogéneo que resulta algo difícil distinguir a sus integrantes sin recurrir a la cinta métrica. El recién llegado asume su condición de estandarte de marca premium y la refrenda ofreciendo un recital de tecnología acorde al precio. Además, estrena la nueva identidad corporativa de la marca, con un diseño bidimensional de los cuatro aros.

Como casi todos los modelos Audi, sugiere los dos formatos habituales, el SUV convencional y la silueta Sportback de popa estilizada, que exige 2.500 euros más. La marca ha simplificado la oferta del modelo, cuyo catálogo inicial contempla solo dos motorizaciones y dos definiciones de producto.

El Q8 e-tron viste dos terminaciones. La primera es la Advanced, cuyas dotaciones y refinamiento impiden calificarla como básica. No obstante, la marca espera que el 90% de los pedidos se decanten por el más vistoso y completo acabado deportivo S line, sin pestañear por los 5.500 euros extra que reclama.

El apartado motriz arranca con la versión 50 e-tron. Cuenta con un motor en cada eje para generar tracción total y rendir una potencia de 340 CV. Emplea una batería con una capacidad neta de 89 kWh, consiguiendo una autonomía WLTP de 487 km en la carrocería SUV y de 501 en la Sportback.

La segunda opción de compra es la 55 e-tron, que cuesta diez mil euros más y reparte 408 CV a las cuatro ruedas. La contribución de una batería de 106 kW permite certificar un alcance máximo de 576 km para el SUV y de 595 para el formato estilizado. La velocidad máxima está limitada a 200 km/h en ambas motorizaciones.

Por encima de ellas se sitúa la interpretación SQ8 e-tron, a punto de ingresar en el mercado. Va propulsada por tres motores, el delantero y uno por cada rueda posterior, que ofrecen una potencia conjunta de 503 CV. Asociado a la batería más capaz, este sistema impulsor logra autonomías oficiales de hasta 465 km en el envase SUV y de 483 km en el Sportback. Su velocidad punta se fija en 210 km/h.

Recarga eficaz

El Audi Q8 e-tron mejora su proceso de repostaje. La versión 55 alcanza una potencia máxima de carga de 150 kW, frente a los 130 ofrecidos antes; los Q8 55 e-tron y SQ8 e-tron admiten ahora hasta 170 kW (150 antes). Esto permite cargar la batería del 10 al 80% en media hora. Empleando una toma rápida de alta potencia, el 50 y el 55 pueden reponer en diez minutos la energía suficiente para recorrer 123 km.  

El Q8 e-tron se puede reabastecer también en puntos de corriente alterna, hasta a 11 kW con el cargador de serie y a 22 con el opcional. Dependiendo de cuál se emplee, la espera para el llenado del 50 es de nueve horas y cuarto o de cinco menos cuarto. Reabastecer así la batería del 55 requiere once horas y media a 11 kW, o seis a 22 kW.