LA transición energética obliga a los fabricantes de coches a acometer una profunda reconversión de sus métodos de impulsión en aras de la sostenibilidad. Jeep, emblema del automóvil capaz de llegar al último confín del planeta, acepta el desafío y se vuelca en la reducción del impacto medioambiental de sus vehículos por la vía de la electrificación. Su gama propone ya versiones de este tipo de cada uno de sus modelos. La marca norteamericana perteneciente al consorcio europeo Stellantis acaba de estrenar una moderna generación del Grand Cherokee provista de motorización híbrida y anuncia la inmediata incorporación del Avenger, un SUV de proporciones compactas con impulsión exclusivamente eléctrica.
Los planes de la marca en Europa pasan por ofrecer solo SUV electrificados en algunos países (Alemania y Francia). Además, imponen que la totalidad de sus modelos disponga de al menos una alternativa electrificada. Eso exige el desarrollo de una cartera de futuros productos concebidos específicamente para el mercado europeo. Para 2025, la firma introducirá cuatro modelos de cero emisiones, destinados a los principales segmentos de volumen. El compromiso es que “todos los vehículos Jeep a la venta en la región serán 100% eléctricos para 2030”.
El primero de esta ofensiva es el próximo Avenger, que se comercializará tanto en Europa como en Japón y Corea del Sur. El nuevo SUV totalmente eléctrico se ensamblará en Polonia. Por sus escuetas proporciones, le corresponde ubicarse comercialmente justo por debajo del Renegade. El fabricante destaca de él la autonomía eléctrica específica de 400 kilómetros, y dice que “este nuevo SUV ofrecerá impresionantes cotas en su segmento respecto a la altura libre al suelo y ángulos ventral y de entrada”. Entre sus cualidades señala también que “ofrece un interior moderno y tecnológicamente avanzado, con mucho espacio para personas y carga”.