L automóvil eléctrico disputa una carrera plagada de obstáculos que, poco a poco, comienza a eludir. La parte positiva es que aumenta paulatinamente sus niveles de autonomía, al tiempo que reduce tímidamente su precio. La asignatura pendiente es que el gran público perciba como necesaria esta nueva forma de movilidad. Sorprendentemente, el apostolado que las administraciones públicas hacen de la electrificación contrasta con las trabas burocráticas que ellas mismas ponen a su difusión. Lo constata Iberdrola, denunciando que "se tarda entre 20 y 30 meses en conseguir los permisos" para instalar un punto de recarga pública.

Lo acaba de explicitar así Raquel Blanco, directora global de Smart Mobility de la compañía, en un encuentro organizado por Nissan para la promoción de los vehículos a batería. Destaca "la necesidad de una acción coordinada y eficaz entre los principales agentes implicados para impulsar la electromovilidad. Esta es una de las principales líneas de actuación del plan de movilidad sostenible del grupo Iberdrola, que ha permitido ya la instalación de 20.000 puntos de recarga en España, tanto en hogares, como en empresas, así como en la vía urbana, en ciudades y en las principales autovías. La compañía es además líder en recarga rápida, con un 20% de la red total en el país".

Después de poner en valor "el compromiso de todas las administraciones con la movilidad sostenible", Blanco ha reclamado "agilizar la tramitación de los puntos de recarga para vehículos eléctricos en la vía pública". En este proceso, en el que intervienen tres niveles de la administración, "se tarda entre 20 y 30 meses en conseguir los permisos. Iberdrola tiene, ahora mismo, más de 2.000 puntos de recarga en tramitación que ya podrían estar operativos".

Los expertos constatan que, al margen de la propia utilidad de dichas instalaciones de reabastecimiento, una mayor oferta de las mismas comportaría un efecto llamada adicional en favor del coche eléctrico. "El simple hecho de que los puntos sean visibles hace que la gente se plantee la compra de un eléctrico".

La portavoz de Iberdrola señala que su compañía persigue el objetivo de "liderar el desarrollo de la recarga pública, eliminando esas barreras al usuario. Hemos aprobado un plan de inversión de 150 millones de euros para poner en marcha 50.000 puntos de recarga, con más de 2.500 puntos públicos". Considera que, disponiendo de esa oferta, el repostaje de un vehículo eléctrico se convertiría en una operación cotidiana equiparable "al hábito de ir a una gasolinera, porque en las estaciones de recarga rápida se puede recargar energía para hacer 100 kilómetros en solo cinco minutos. Pensamos que el eléctrico es para ciudad, pero también sirve para los desplazamientos interurbanos con una buena infraestructura de recarga".

En el foro patrocinado por Nissan también se ha puesto énfasis en los bajos costes de utilización que, de momento, deparan los automóviles eléctricos, un factor decisivo para superar la asignatura pendiente de su popularización. "La electricidad llega a todos los sitios y podemos recargar nuestro coche en casa por un precio muy económico", destaca Raquel Blanco. "Hay tarifas nocturnas, como la de Iberdrola para la recarga de vehículos eléctricos, con un coste de 50 céntimos para hacer 100 kilómetros. Y en los puestos de recarga rápida públicos el coste es de 6-7 euros para esa distancia, un precio competitivo respecto a los combustibles derivados del petróleo". l